Ya lo sé, ya. El tiempo no me da para mucho, por eso bien dice el dicho: "El que mucho abarca poco aprieta", pero eso no impide que al menos lo intente y aunque sea muy poco a poco, pueda conseguir tener este jardín tan bonito como el otro.
Por ahora os voy enseñando un collage de las flores que este desastre nos ha regalado esta primavera.
Para que os hagáis una idea os voy poniendo en situación. Las hiedras cruzaban de lado a lado, desde el brezo divisorio, hasta la pared contraria, acampando a sus anchas por el suelo. En un espacio de unos 60 metros cuadrados con forma de L, había 20 árboles (Melias, Madroño, Sauce Tortuoso, Prunus, Liquidambar, Cercis siliquastrum, Cipres, Cedro, Roble, Arces, entre otros que ahora no recuerdo sus nombres) y 12 pedestales con esculturas, de las cuales, se llevaron 10 (solo las esculturas eh!, que nos dejaron los pedestales enormes y feos). Han convivido con nosotros un par de señoras gigantes, desnudas y un poco feas, que nadie quiso comprarles por lo deterioradas que están.
Además de eso, un estanque pequeño, lleno de agua maloliente y barro (obviamente estancada). Y para completar un montón de troncos muertos.
Antes de limpiar
Después de limpiarlo