Cuidados del crisantemo

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El crisantemo es una flor de origen asiático y del nordeste de Europa, pero que está ampliamente afianzada por todo el mundo. En oriente tiene muchas connotaciones simbólicas: sabiduría, honestidad, longevidad o alegría son algunas de ellas. En Japón, de hecho, es la imagen representativa del imperio. En nuestra cultura, es frecuente vincularla con las ofrendas del Día de Todos los Santos, entre otras cosas, porque su amplia gama de colores evoca la alegría de vivir. 

Por lo general son muy resistentes y se pueden cultivar con relativa facilidad tanto en ambientes de exterior como de interior, aunque es preferible tenerla bajo la luz natural. Para su mantenimiento, es suficiente regarlas cada dos días, pero si no están en un ambiente húmedo, debemos aplicar pulverizaciones diarias. De esta forma no se marchitarán, y si por desgracia se marchitan, debemos eliminar esas flores para que las nuevas duren más tiempo. 

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La mejor ubicación para esta planta son lugares que se encuentren bien ventilados y que reciban luz solar para que así las flores se abran. La ventilación es más importante aún en periodos cálidos (de abril a septiembre), ya que el excesivo calor los estropea. En cualquier caso, las temperaturas extremas no les hacen ningún bien. La temperatura ideal sería una que estuviese por encima de los 13ºC pero por debajo de los 20. 

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