La salvia officinalis es la especie de salvia más conocida. Es un pequeño arbusto semileñoso perenne de hojas color verde gris aterciopeladas, las flores aparecen en verano y son de color azulado.
La salvia officinalis era una planta muy conocida en el mundo antiguo por sus propiedades medicinales y por la creencia de que ahuyentaba a los malos espíritus, no en vano en mucho lugares se la conoce como hierba sagrada.
La salvia officinalis tiene propiedades diuréticas, antihemorragicas y antiflamatorias. Se cree que el nombre de salvia fue puesto por los romanos y fue una planta muy cultivada tanto en Roma como en la edad media en monasterios y jardines por las propiedades medicinales anteriormente descritas.
A día de hoy la salvia esta cogiendo peso como planta ornamental (por la belleza de sus hojas y flores que forman una especie de espiga azulada) y como planta condimentaría.
Es una planta muy decorativa cultivada en macetas y en rocallas en el jardín, cultivada en el huerto aumenta la biodiversidad de este y atrae con su aroma y floración a insectos polinizadores como abejas y mariposas.
En su uso gastronómico se utilizan tanto las hojas (tienen un sabor ligeramente picante) como las semillas (de sabor salado y picante a la vez) Es un condimento ideal para platos de carne fuertes como la del cerdo, también se utiliza para condimentar quesos.
Su cultivo es muy sencillo y se puede realizar tanto en macetas como directamente en el jardín o el huerto.
¿Cómo cultivar salvia officinalis?
Requerimientos de suelo, riego, sol, abonado y clima
Prefiere los suelos fértiles con un drenaje perfecto, el encharcamiento pudre la planta rápidamente.
Es una planta de climas suaves típicos del mediterráneo con inviernos suaves. Las fuertes heladas pueden matar la planta.
En cuanto al riego es una planta muy poco exigente en agua, solamente hay que regar cuando el suelo o sustrato del recipiente este seco. Aguanta muy bien los períodos de sequía.
La salvia officinalis es un cultivo que agradece el sol. Su cultivo es mejor hacerlo en lugares soleados aunque también se puede cultivar en zonas en semisombra.
Es un cultivo medianamente exigente en nutrientes, se realiza un abonado con materia orgánica muy descompuesta una vez pasada su floración.
La siembra
La siembra se realiza en primavera (también en otoño en lugares de clima cálido) se puede realizar en recipientes (macetas) o directamente en el terreno del huerto o del jardín.
Si la siembra se hace directamente en el huerto se realiza en líneas separadas 30 cms, una vez que germinen las semillas se realiza un aclareo dejando una separación entre planta y planta de 25-30 cms.
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La recolección
La recolección de las hojas se realiza el segundo año de cultivo durante finales de primavera y el verano. Siempre que hay que hacerlo sin excesos para no perjudicar la planta. Las hojas de salvia officinalis una vez recolectadas se dejan secar y se conservan en recipientes de cristal.
Plagas y enfermedades
Es un cultivo muy rústico que no suele presentar muchos problemas con plagas y enfermedades.
En relación a las plagas la más peligrosa es la de pulgones en épocas calurosas. Los pulgones se alimentan de la savia de la planta y son grandes vectores de transmisión de enfermedades. Para combatirlos se aplican tratamientos ecológicos con jabón potásico y neem.
Casi todas las enfermedades que puede padecer están relacionadas con el exceso de agua el cual provoca pudriciones y la aparición de hongos que provocan enfermedades como el mildiu. Para evitar su aparición es importante no regar la planta demasiado y siempre hacerlo sin provocar encharcamientos.
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