Aquí en Cantabria, raro es el huerto o el jardín que no alberga algún cítrico. Los trajeron por lo visto hace un par de siglos para que los barcos pudieran aprovisionarse de vitamina C con la que combatir el escorbuto y la gente se enamoró de ellos y ellos, aunque parezca increíble, se enamoraron del clima.
Desde entonces, conviven con nosotros en buena armonía pero nos dan más que les damos porque en general no sabemos cómo cuidarlos o podarlos y se ven muchos por ahí, desaliñados, con ramas secas y rotas, con muñones putrefactos, con las hojas amarillas a causa de la clorosis...
Hoy hablaremos de la poda ya que estamos en el momento ideal para llevarla a cabo. Otro día de los cuidados que no son muchos pero si imprescindibles.
En este artículo me referiré, solo a árboles integrados en un huerto familiar o un jardín y no en explotaciones comerciales.
PODA DE LOS CÍTRICOS (en forma de vaso)
COMPRA Y PRIMEROS AÑOS DE VIDA DEL ÁRBOL
En el vivero, habrán despuntado el plantón y al momento de comprarlo, ya nos vendrá con unas cuantas ramitas. Hay que observar que estén sanas, que sean vigorosas, que nazcan de distintos puntos del tronco, separadas unas de otras y que estén bien insertadas.
También es muy importante para el futuro desarrollo del árbol, evitar comprar un ejemplar que esté muy hormonado.
Cuando vamos a comprarlo nos gusta que tenga flores y hasta frutos aunque sea joven. Es un grandísimo error. Un cítrico no da flores de forma natural hasta los tres años y esas primeras incluso conviene quitárselas. Si es un árbol con menos edad y lleva flores y frutos es que ha sido hormonado.
He visto personas impacientes, con la ilusión de llevarse el árbol cuanto antes, comprar cualquier cosa que les ofrezcan y es una gran equivocación pues será un árbol para toda la vida y debe ser un ejemplar sano y saludable.
Los cítricos (llamados también agrios) no se podan hasta los tres años después de la plantación así que durante los dos años siguientes nos limitaremos a eliminar los chupones o ramas de crecimiento vertical que vayan apareciendo.
Pasado ese tiempo, iniciaremos la poda de formación.
PODA DE FORMACIÓN
El objetivo de esta poda es formar un buen árbol, con una estructura sólida
El primer año
Se corta el plantón a unos 50 o 60cm del suelo ( si no lo hemos comprado así). Hasta el tercer año
Como ya hemos dicho antes, no se poda. Solo se eliminan los chupones que puedan ir apareciendo Al tercer año, entre enero y febrero:
Elegimos tres ramas principales de igual vigor y bien situadas, que nazcan en distintos puntos del tronco, separadas a unos 10cm unas de otras. Es importante no dejar dos que nazcan del mismo punto. Estas ramas elegidas serán las principales o primarias y las dejamos intactas. Eliminamos las demás porque competirían con ellas.
Durante el resto del tercer año
Recortamos (despuntamos o pinzamos) las ramitas y brotes que nacen de las primarias hacia el interior del árbol según vayan surgiendo, dejándolas de unos 20cm de longitud. De esta forma vamos formando ya futuros brotes floríferos, manteniendo el centro despejado y evitando que el árbol gaste energías innecesarias.
1,2,3 son las ramas principales; A son chupones y ramas mal dirigidas que se eliminan por completo; B son ramitas y brotes del interior que se pinzan a 20cm y C es un corte de retorno para reducir la longitud de una rama sin que se corte la circulación de la savia.
Cuando en este tercer año, aparecen las primeras flores y frutos, es mejor eliminarlos para que el árbol concentre sus recursos en la formación de una buena copa y un buen pan de raíces. Hay que realizar un verdadero esfuerzo para hacerlo pero según los expertos es lo mejor.
Al cuarto año
Se recortan las ramas primarias que habíamos dejado intactas el año anterior y se dejan de entre 50 y 80cm de largas, para que a partir de ahí nazcan las ramas secundarias que formarán el segundo piso del árbol. Se siguen pinzando (recortando o despuntando) regularmente las ramitas interiores como hicimos el año anterior. Si hay una brotación muy abundante, cosa que es muy natural y frecuente en los cítricos, sobre todo en los mandarinos, se aclara suprimiendo algunas. Las brotaciones del exterior del árbol, horizontales o inclinadas no necesitan pinzamientos. Se elimina toda ramificación que pueda competir por la savia o la luz con las ramas principales.
A partir de aquí iniciamos la poda de fructificación, sabiendo que se debe realizar todos los años.
PODA DE FRUCTIFICACIÓN Y MANTENIMIENTO
Está encaminada a conseguir una fructificación bien distribuida por todo el árbol ya que la tendencia natural de los agrios es a producir la fruta en la periferia y formar en el interior un follaje muy denso que no deja entrar la luz.
Esta poda en los cítricos puede realizarse en cualquier época del año siempre que se trate de árboles sanos y de una poda ligera. Se evitará hacerla en momentos de grandes heladas o de intensos calores. La época ideal, no obstante es después de la recolección y antes de las brotaciones de primavera y verano, o sea en enero-febrero y en junio-julio.
Consistirá en:
Supresión de ramas muertas o lesionadas. Eliminación de las mal emplazadas: las que se cruzan o van hacia el centro del árbol. Aclareo de jóvenes ramillas eliminando las excesivas. El final de las ramas o guías, debe ser conservado pero si en él nacen dos o tres brotes, se eliminan todos menos uno (el mejor situado) de forma que la rama no disminuye su tamaño. Supresión de ramitas agotadas, que ya fructificaron.
Además
Se despuntan (pinzan o recortan) los brotes internos más vigorosos dejándolos de 20cm de longitud Se eliminan los chupones salvo alguno que nos venga bien para la estructura del árbol. Si de algún punto nacen varios brotes, se aclaran dejando solo uno. Si llega un momento en que las ramas principales se han hecho muy largas y se desea reducirlas para mantener la copa de un tamaño manejable, se cortan por un lugar donde nazca otra bien situada de forma que quede ésta como final de rama. Así la savia se desviará por ella y podrá seguir circulando (verlo en el dibujo de arriba).
En general, si un árbol es vigoroso, la poda ha de ser ligera.
Si el árbol tiene poco vigor, la poda será más severa, las brotaciones débiles se podan medianamente y las fuertes severamente.
Si es de vigor medio, la poda será de media intensidad, las brotaciones débiles se podan con intensidad media y las vigorosas con severidad.
Los árboles veceros (los que dan mucho un año y poco o nada al siguiente) se deben podar enérgicamente el año que les toca cargar y se le realizan también aclareos de fruto. El año que no les corresponde dar fruta se podan muy ligeramente.
LA PODA DEREJUVENECIMIENTO
La época adecuada para este tipo de poda es la primavera o el otoño, cuando no hay temperaturas extremas ni grandes oscilaciones entre temperaturas diurnas y nocturnas.
El objetivo es renovar un árbol viejo o uno que no ha sido podado pero que están sanos porque si no, la poda no tiene objeto. En ese caso, lo mejor es arrancarlos y plantar uno nuevo.
Se pueden seguir dos procedimientos distintos:
Se practica una poda bastante drástica, rebajando las ramas principales por encima de su primera ramificación. A cada rama principal ha de quedarle una ramificación de secundarias que a su vez pueden acortarse. No puede dejarse sin ninguna rama como en casos que he visto por ahí porque no tendrá hojas con las que fabricar las sustancias que necesita y se morirá. Esta poda debe ir acompañada de abonado y riego copiosos. El otro sistema, aplicado en Norteamérica, consiste en suprimir todas las ramas que tengan un diámetro inferior a 2,5cm.
RECOMENDACIONES
Siempre que eliminemos ramas, debemos hacerlo por completo, desde su base, sin dejar muñones, con un corte limpio.
Hay que desinfectar y cubrir las heridas con productos cicatrizantes.