El jardín Villavilenduque es unas de las mejores experiencias en cuanto a jardines que he vivido. En plena meseta castellana, entre Chinchón y el Real Sitio de Aranjuez, nos encontramos con 3.000 m² de magia y encanto: es el Jardín de Villavilenduque.
El jardín Villavilenduque como su propio nombre nos deja intuir, se trata de un proyecto muy personal, diseñado por el paisajista Juan Luís Ruiz de Dyezma. Su propietario, un gran artista del mundo de la pintura, dice no salir en semanas de allí sin echar nada en falta.
El jardín Villavilenduque, de doce años, se constituyó de la nada, se distribuyeron espacios, se diseñaron los caminos de acceso a dichas zonas, como son piscina, cenador, rincón de lectura, huerta o estanque, incluyendo una 'mágica' fuente de los deseos donde descansan benditas aguas de la Catedral De Notre Dame, de París, entre otras.
Toda la vegetación está constituida por plantas autóctonas y alóctonas (plantas no originarias de la Península Ibérica, pero que a lo largo de los siglos fueron introducidas de diversas formas y hoy día se reproducen de manera espontánea, totalmente aclimatadas).
Así el Jardín prácticamente no necesita agua salvo para la pradera (que no césped) y para la zona de los frutales.
Al fondo del estanque se levanta un Crataegusmonogyna, que sombrea las aguas, sin ningún tipo de filtro salvo el que ejecutan las acuáticas como elodea, o miriafolium tal. Las aguas estancadas y a la vez cristalinas no existen en la naturaleza, así el Jardín ha creado un marco perfecto para ranas, libélulas y peces de colores.
Al fondo del estanque se levanta un Crataegusmonogyna, que sombrea las aguas, sin ningún tipo de filtro salvo el que ejecutan las acuáticas como elodea, o miriafolium tal. Las aguas estancadas y a la vez cristalinas no existen en la naturaleza, así el Jardín ha creado un marco perfecto para ranas, libélulas y peces de colores.
Los nenúfaresNuphar lutea resisten perfectamente los crudos inviernos castellanos de hasta -15 ºC. Los Iris pseudoacorus emergen del agua a la vez que depuran el agua con sus raíces de nitritos.
Los elementos de piedra armonizan perfectamente en un entorno donde las canteras y las calizas forman parte del paisaje.
En esta panorámica del arbolado del Jardín, se puede comprobar todo el buen trabajo de paisajismo que hay detrás. Tanto el paisaje interior como el exterior se funden en uno solo, creando la ilusión óptica de encontrarnos en una amplísima zona de vegetación y árboles.
Las rosas, principal pasión del propietario y artista, fueron empleadas por el paisajista, recurriendo a todas las estirpes antiguas como las rosas de Borgoña y de Damasco, cuya principal característica, aparte de su grácil belleza es su intensa fragancia. Rosas de todos los tamaños, colores y aromas se pueden ver en este sensitivo Jardín.
Los contrastes de color en la vegetación pueden crear sensaciones como esta.
En esta zona de distribución de caminos, ejerce de punto focal una virtuosa fuente donde reposan tranquilas en su pila las aguas de la catedral de Notre Dame de París, mientras en su vaso, abajo, viven entre nenúfares, papiros e iris.
La piscina se ha integrado con la vegetación del Jardín todo lo que se ha podido dentro de lo que permite una piscina de construcción clásica.
Parte del bosquete que semioculta la vivienda.
Podemos ver la entrada al cenador, sobreado por plátanos de sombra injertados entre sí, creando un sombráculo perfecto para los tórridos veranos de la meseta. Dentro del cenador, la fresca sombra invita a comer, cenar o bien tomar el aperitivo.
Os presentamos un jardín privado de grandes dimensiones, todo él sostenible, donde no sólo no se ha renunciado al agua sino que se ha hecho su aliada: fuentes, un gran estanque y una piscina que se convierte en el punto focal de mayor interés de este jardín.
Te presentamos un jardín con elementos reciclados. Está muy extendida la idea de que para tener un hermoso jardín necesitamos contar con un alto presupuesto. El paisajista Juan Luis Ruiz Dyezma desmitifica este pensamiento. Ha tardado tres años en cultivar y decorar este jardín, contando con la colaboración directa de su propietario.
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