Estoy tan contenta…

Se ha trabajado muy duro durante el mes de octubre, de eso no cabe duda. El verano pareció alargarse y durante semanas Iñaki y yo tuvimos que dejar en el huerto los pimientos, los calabacines, las calabazas… porque realmente nos daba pena arrancarlos cuando todavía estaban tan estupendos.

Los pimientos casi en su esplendor
Los pimientos casi en su esplendor

Las calabazas todavía verdes
Las calabazas todavía verdes

 

Se nos echaba el tiempo encima y los bancales estaban sin preparar para comenzar a plantar lo de invierno. Yo sólo tenía, de los 8 bancales, 3 ocupados, 1 con los brócolis, otro con puerros y, un tercero con las habas.

Los brócolis van creciendo
Los brócolis van creciendo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los puerros, son tan agradecidos
Los puerros, son tan agradecidos

Las habas tan estupendas
Las habas tan estupendas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así que todavía me quedaban cinco bancales por preparar y a Iñaki 3, uno de ellos estaba de pena.

Decidimos ponernos manos a la obra y nos llevamos a mis padres para que nos echaran una pequeña mano. Digo pequeña porque mi padre está operado 4 veces de las columnas y hace 2 años le operaron de la columna, pero el que tuvo que retuvo.

Mi padre removiendo la tierra de las coles
Mi padre removiendo la tierra de las coles

Mi padre es extremeño, de Mirabel un pueblo a 20 km de Plasencia y hasta los 16 años trabajó duramente en el campo y aún estando como está, le encanta coger la azada y ayudarnos. Su frase favorita es: “si yo estuviera bien os dejaría esto…”  La verdad es que cada vez que va nos llevamos una regañina, que si las tomateras están muy juntas, que si los ajos muy separados, que tenemos que mover la tierra de las habas…

Nos pusimos todos a trabajar , mi padre ayudando a Iñaki y mi madre a mi, que aunque no está tan acostumbrada como mi padre, algo ayudó.

Bancal lleno de grama
Iñaki luchando con la grama

Yo tenía el bancal de los calabacines echo un desastre y el de las calabazas y pimientos ni os cuento. Creo que me pasé 4 horas cavando.

Bancal de pena
Bancal de pena

Pero después de tanto trabajo llegó la recompensa. En el bancal donde estaban los calabacines he puesto estiércol de caballo. La tierra estaba bastante mal y muy dura. Lo dejaré así durante unas semanas para en diciembre-enero plantar los guisantes (aún estoy a tiempo)

Bancal con estiércol
Bancal con estiércol

En cuanto al resto de los bancales después de cavarlos, los dejé una semana sin tocar. Estuvo lloviendo y no merecía la pena tocarlos. El día 16 volví manos a la obra y este es el resultado…

Sin palabras
Sin palabras

Por cierto, me cansé de quitar grama, pero hace poco descubrí que la grama es beneficiosa para la salud en infusiones. Ayuda a la digestión y se utiliza para adelgazar junto con otras hierbas. En Trucos y Consejos os daré alguna idea. Así que he decidido no tirarla toda y tener algo en casa

Así quedó mi huerto el día 16 de noviembre. ESTOY TAN CONTENTA…

Limpio
Que bonito, estoy tan contenta

Y ahora sólo me queda plantar los guisantes, los ajos y la borraja. Probablemente pondré uno de ajos (franceses y morados) 2 de guisantes y uno de borraja.

Hasta el próximo post, que hablaremos de las habas

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