Siempre han estado y nunca dejarán de estar presentes entre los mejores condimentos en multitud de recetas de cocina. Embellecen los platos y realzan su sabor, a lo que hay que añadir que habitualmente aportan propiedades nutritivas y terapéuticas. Algunas estimulan el apetito, otras facilitan la digestión y estimulan el tránsito intestinal. En los países cálidos suelen estar asociadas a efectos hidratantes, ya que incitan a beber líquidos y reponer así la deshidratación debida al clima.
El estragón, el tomillo, el perejil, el orégano, el cebollino, el azafrán, el romero... son sólo algunas de las muchas que podemos utilizar. Por eso no es de extrañar que cada vez más gente opte por tener un huerto urbano, aunque sea diminuto, para poder echar mano a este tipo de plantas fáciles de cultivar y de gran utilidad culinaria. Además que, lo ideal es utilizarlas lo más frescas posibles. A continuación os mostramos algunas de estas especies.
Perejil
Se cultiva en todo el mundo y es raro que no lo haya en cualquier cocina. Con buenas condiciones, puede obtenerse en cualquier época del año, pero en primavera las garantías son mucho mayores y crece más rápido. Además, una vez ya desarrollado es más fácil mantenerlo y que siga siendo útil el resto del año.
Uno de sus grandes usos es como añadido en salsas: en la sarten junto con cebolla, ajo y aceite para las pastas, o machacado en un mortero con otros condimentos y un chorro de vino. También se puede espolvorear sobre el plato o simplemente utilizarl como aderezo decorativo. Es rico en hierro, calcio, yodo y magnesio.
Menta
El intenso y característico olor que desprende no solo es aprovechado sobre los fogones, también en perfumes y aplicaciones químicas. Gracias a su gran adaptabilidad a distintos tipos de suelo y climas, su aroma es conocido por todo el mundo. No obstante, la planta preferirá ser cultivada en los suelos más fértiles y climas más bien templados.
Al principio necesitan agua en abundancia, y es mejor no empezar a cultivarla en invierno. Al igual que el perejil, la mejor época es cuando empieza el buen tiempo de la primavera. En la cocina es muy versátil, permitiendo la elaboración de dulces, salsas y caldos, o sazonando platos de carnes asadas. El frescor único que tiene la menta también se aprovecha para hacer cócteles, té y chicles.
Estragón
Esta planta de hojas verdes y alargadas también tiene un aroma muy intenso. Su origen se encuentra en el centro asiático y algunas regiones siberianas, por lo que ha sido relativamente fácil su implantación en el resto del mundo. Así, es de suponer que plantarlo en macetas en el interior de nuestras casas está al alcance de todos.
El estragón es un condimento que, junto al orégano, el perejil y el tomillo, consta de gran reputación en la cultura culinaria mediterránea. Manteniéndolo verde y fresco, liga fenomenal con ensaladas y sopas, a las que aporta un sabor añadido. También se utiliza en el relleno de carnes y pescados o acompañándolos, sobre todo con las salsas bearnesa, tártara y holándesa.
Albahaca
Ya en la India, de donde procede, la consideraban sagrada. En el mundo occidental no ha llegado a tanto, pero desde que los romanos la trajeron ha sido siempre una planta aromática de mucho valor. La fragancia que desprende la albahaca es muy fuerte para algunos insectos que provocan plagas en el jardín, por lo que es muy buena idea plantarla al lado de otras que sean más vulnerables. Como no tolera bien el frío, la época de plantación es la primavera.
Las hojas son las que asumen todo el protagonismo culinario, ya que es donde se deposita todo su olor. Se pueden introducir en tarros de aceite con el que cocinar posteriormente, utilizarla para huevos – tortillas y revueltos –, pescado o estofados – con las hojas secas –, y es indispensable para hacer la salsa pesto.
Fuentes: www.sabormediterraneo.com / www.alimentacion-sana.org