El micelio del hongo se desarrolla en la capa de las células constitutivas de la cutícula y rara vez penetra en la epidermis del haz de las hojas. Una vez asentado se forman ramificaciones que se dirigen perpendicularmente a la epidermis y perforan la cutícula. Son filamentos rojizos más o menos pronunciados pero siempre muy cortos ye indiferenciados que llevan en su ápice una vesícula esférica de color amarillo o gris claro que constituye el soporte de las conidias que transportada por el viento o el agua difunden la enfermedad.
Ataca también al pedúnculo de las hojas y aceitunas, originan defoliación y caída de frutos de mayor o menor grado, según la intensidad de la enfermedad. Las ramillas, perdidas sus hojas, acaban también por secarse.
Los métodos culturales (ecológicos) que pueden usar agricultores, aficionados, empresas de control de plagas, etc. serían los siguientes:
· Quemar las hojas caídas en dos épocas: después de la poda y a principio del otoño, pero antes de las lluvias.
· Saneamiento de los terrenos húmedos o que se encharquen con facilidad.
· Escalado de las tierras, si es preciso, ya que la escasez de cal en el suelo predispone los árboles a la enfermedad.
· No abusar de los abonos nitrogenados en la medida de lo posible.
Artículo creado por Roberto Sandero, biólogo municipal para control de plagas Madrid
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