Esta mariposa es de las últimas en verse volar antes de la llegada de los fríos. Aquí, en El Terrao, aparece en estos días de otoño, alegrando con su colorido y sus revoloteos, a veces en pareja, el jardín y la huerta.
Se la ve muchas veces libando sobre flores, pero otras muchas la encontramos posada en el suelo, en la hierba o en la tierra desnuda. Seguramente aprovecha algún tipo de sales minerales o similar.
Vanessa atalanta en el suelo (cerca de ortigas).
Se trata de un lepidóptero de la familia Nimphalidae que presenta una envergadura alar de unos 6 cm. Son características las franjas de color rojo anaranjado de la parte posterior de las alas traseras y en el centro de las anteriores sobre un fondo castaño oscuro. En la parte exterior de las alas delanteras presenta unos puntos blancos.
Vanessa atalanta (vista lateral) con las alas plegadas.
Es atraída por diversos tipos de flores, en este caso Lantana, que son las que están floreciendo ahora en el jardín. Le gusta posarse al sol a descansar.
Vanessa atalanta sobre olivo, soleándose.
Sus larvas, orugas, se alimentan, en El Terrao, sobre todo de hojas de ortiga, así que os podéis imaginar la boca que no tendrán, y el estómago. En esto compiten con nosotros pues ya sabéis que, para nuestra huerta, las ortigas son indispensables y fundamentales para elaborar purín con el que tratar diversas plagas y enfermedades de las plantas. De todas formas, prácticamente no ocasionan daños y son muy bonitas.
Vanessa atalanta libando en una lantana.
Suelen ser bastante agresivas con otros congéneres que invadan su territorio, incluso con otras mariposas e insectos voladores que hagan lo mismo. Sin embargo, si no detectan peligro en nosotros, se dejan acercar y fotografiar.
Vanessa atalanta de cerca.
Si tenemos cuidado con el medio ambiente, evitando pesticidas y otras contaminaciones, reciclando debidamente y demás, podremos seguir disfrutando de esta y otras maravillas.
Vanessa atalanta.