C3: Te Amo


Instagram

Pinterest

Threads

X

YouTube

TikTok

Amazon

Suscribirme

Alejandro seguía ido, absorbido por todos los pensamientos de lo que había hecho y lo que vendría después, vagando entre los escenarios de su ruptura e imaginando a Mateo en otros brazos, cada pensamiento era más intenso que el anterior, pero de pronto, comenzó a escuchar nuevamente las gotas de lluvia que golpeaban contra los cristales, poco a poco el sonido se hizo más fuerte cuando de pronto….

— ¡Alejandro! ¡Ayuda! — gritaba Mateo desde lejos…

—Mateo, por favor, aguanta la ambulancia está en camino —susurró Alejandro, mientras tomaba la mano fría de su pareja.

Mateo, con el rostro pálido y sudoroso, giró la cabeza hacia Alejandro, intentando esbozar una débil sonrisa.

—Alejandro necesito que sepas algo —la voz de Mateo era un hilo, apenas audible sobre el sonido de la lluvia.

—No hables, Mateo, guarda tus fuerzas —dijo Alejandro, presionando la mano de Mateo contra su pecho, sintiendo el temblor de su piel.

—Es importante —Mateo tosió débilmente, luchando por continuar—. La conversación que escuchaste. No era lo que pensabas.

Alejandro se inclinó más, su corazón latiendo frenéticamente, temiendo las palabras pero necesitando escucharlas.

—Estábamos planeando una sorpresa para ti —cada palabra costaba a Mateo un esfuerzo sobrehumano—. Una fiesta por nuestro aniversario. Quería que fuera perfecto

Las palabras golpearon a Alejandro como un puñetazo. El veneno de la culpa se mezclaba ahora con el veneno real que había administrado a Mateo.

—Oh, Dios Mateo, lo siento, pensé pensé que me traicionabas. Puse acónito en tu té no sabía qué hacer, estaba cegado por el miedo —las palabras brotaban de Alejandro en un torrente de desesperación y remordimiento que podían parecer demasiadas para ser pronunciadas en orden y con sentido.

La expresión de Mateo cambió, el dolor y la incredulidad se reflejaban en sus ojos debilitados.

—Alejandro ¿por qué? —su voz era apenas un susurro, la confusión y el dolor tallados en cada sílaba.

—Perdóname, por favor, perdóname —Alejandro sollozaba, las lágrimas corriendo por sus mejillas, la desesperación ahogando su voz.

Mateo intentó apretar la mano de Alejandro, su gesto de perdón a pesar del veneno que le quemaba por dentro.

—Te amo —fueron las últimas palabras que Mateo logró susurrar antes de que saliera su último aliento y su cuerpo se relajara, la vida dejándolo lentamente.

—¡Mateo! ¡No! —Alejandro gritó, sacudiendo suavemente a Mateo, negándose a aceptar lo que sus ojos veían. Pero no había respuesta; Mateo había partido, dejando a Alejandro en el piso con su cuerpo entre sus brazos.

El sonido de sirenas finalmente rompió la quietud de la noche, y pronto el lugar se llenó con paramédicos que rápidamente se movieron hacia Mateo. Alejandro se hizo a un lado, observando mecánicamente mientras intentaban reanimar a su amado, sabiendo que era demasiado tarde.

—Señor, ¿puede decirnos qué ha pasado aquí? —uno de los paramédicos se acercó a Alejandro después de varios intentos infructuosos de reanimación.

—Yoacónito fue un… accidente, pensé… traicionando —la voz de Alejandro era un murmullo quebrado, sus palabras apenas comprensibles entre sollozos solo daban más dudas.

Los paramédicos intercambiaron miradas graves. Uno de ellos se quedó para consolar a Alejandro mientras el otro salía para llamar a la policía.

En los días siguientes, la vida de Alejandro se convirtió en un torbellino de interrogatorios y acusaciones. Aunque explicó la situación, la tragedia de un malentendido fatal lo persiguió, atrapándolo en una red de culpa legal y emocional.

La casa en Valverde, una vez llena de risas y planes compartidos, ahora resonaba sola con el eco de un amor perdido y un error irreparable. Alejandro pasaba sus días entre visitas al abogado y largas noches en vela, atormentado por la imagen de Mateo y por las palabras que nunca podría retractar.

En su desesperación y aislamiento, Alejandro comenzó a perderse en sus pensamientos, hablando a menudo en voz alta con el Mateo que ya no estaba allí, buscando perdón en las sombras de la noche.

—Mateo, mi amor, ¿cómo pude haberte hecho esto? ¿Cómo podré vivir conmigo mismo?

Pero sólo el silencio respondía.

HISTORIA COMPLETA

C2: Hora del Té
C1: La Semila de la Desconfianza


MÁS BLOGLENTEJA

3 Recetas para que cocinen los peques
Cuidados Básicos: Salvia
Tener un Bebé de forma Ecofriendly
El Despertar de Tavo
Pan Vegano en la Freidora de Aire


Fuente: este post proviene de BlogLenteja, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

El agua de rosas es un tónico muy utilizado en el cuidado de la piel ya que contiene vitamina B y E así como pectina, los cuáles son ideales para el cuidado de la piel del rostro; también ayuda a prev ...

Es que no nos cansamos de repetir que la naturaleza es increíble y mira que la misma madre tierra nos da todo lo que necesitamos, por ello en esta nota vamos a elaborar un insecticida con loa huesos d ...

Mantener tu hogar limpio y seguro es esencial para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, muchos productos de limpieza convencionales contienen ingredientes químicos agresivos que pueden ser perjudic ...

Hoy vamos a preparar unas alitas veganas con coliflor que en verdad no vas a creer que no sea carne de lo deliciosas que están, además de que su procedimiento de elaboración es muy sencillo por lo que ...

Recomendamos