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El precio de la venganza demostró ser devastador. Las vidas quedaron destrozadas, y la oscuridad parecía haber ganado. Pero en medio de la ruina, Lucas y Mateo encontraron una última oportunidad para la redención. Un acto desinteresado de amor podría cambiar el rumbo de sus destinos.
La ciudad estaba sumida en la sombra, reflejo perfecto del estado de las almas que habían sido arrastradas a un torbellino de venganza y traición. Los edificios altos parecían cernirse sobre las calles desiertas, testigos mudos de los acontecimientos que habían llevado a esta confrontación final. Las luces de la ciudad brillaban débilmente en la distancia, como estrellas parpadeando en medio de la oscuridad.
Lucas y Mateo se encontraban en un lugar desolado, un lugar que parecía haber sido abandonado por la esperanza y la redención. La tristeza pesaba en el aire mientras observaban el caos y la destrucción que habían causado en su búsqueda de venganza.
Mateo cerró los ojos por un momento, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con salir — Hemos causado tanta destrucción… hemos perdido tanto.
El precio de la venganza había sido devastador, y las consecuencias de sus acciones resonaban en el silencio del lugar. Las vidas habían quedado destrozadas, y la oscuridad parecía haber ganado la batalla.
— ¿Cómo podemos encontrar la redención después de todo esto? — preguntó Lucas con una mezcla de desesperación y anhelo.
Mateo se acercó a él, su mirada llena de tristeza mientras buscaba la mirada de Lucas — Quizás no podamos cambiar el pasado, pero podemos elegir cómo enfrentar el futuro juntos.
En medio de la ruina que los rodeaba, Lucas y Mateo encontraron una última oportunidad para la redención. Habían llegado al límite de su búsqueda de venganza y traición, y ahora tenían que enfrentar la verdad de sus acciones.
La noche se cernía sobre ellos, y con ella llegó el momento de tomar una decisión final. Juntos, se dirigieron a un lugar que había sido testigo de su amor y sus conflictos. Un lugar que les recordaba lo que habían sido y lo que habían perdido en su camino hacia la oscuridad, el callejón donde su historia había comenzado.
En ese lugar, en medio de la penumbra, Lucas y Mateo se miraron el uno al otro. No había necesidad de palabras; sus miradas lo decían todo. La redención estaba al alcance de sus manos, si tan solo estuvieran dispuestos a aceptarla, la oscuridad penetrante de la noche solo era interrumpida por aquellas luces neón de los anuncios, el momento era exactamente igual a aquel en que cruzaron un choque casual por primera vez.
Tomados de las manos, mirándose fijamente, dejando que su amor hablara por ellos, parecía que todo lo malo podía disiparse como aquella noche que se iba y daba la bienvenida a un nuevo amanecer, aquella escena parecía ser el momento perfecto después de la tormenta.
— Mi corazón no lo soportará, no podré — decía Lucas en medio de un llanto que rompió con el momento, dejándose caer al suelo como símbolo de no poder más.
— ¡No Lucas! esto inicio por amor y nos juramos no permitir que nos consumiera — le respondía Mateo, con una voz desesperada, se podía sentir como la esperanza que él tenía se iba con cada palabra que pronunciaba.
Lucas lloraba en el suelo, la imagen de aquel hombre en el suelo, en medio del callejón, rodeado por los brazos de Mateo, que buscaban juntar todas las piezas y armar nuevamente al artista puro y libre que había conocido.
Desafortunadamente, esas piezas no pudieron unirse, el odio y venganza había acabado con Lucas, por lo que Mateo se sentía culpable y responsable. — Lo hice yo, yo te traje a esto y provoqué que tu alma se envenenara con mi odio y rencor — gritaba mientras apretaba a Lucas con sus brazos, como si juntara piezas de un rompecabezas que ya no podía encajar.
Lucas había el golpe final, había logrado consumar la venganza para la que su madre adoptiva lo había entrenado y el último clavo del ataúd de su venganza era romperle el corazón a Mateo, le había apoyado en una venganza donde solo él se había beneficiado, cada traición solo había afectado a Mateo, quien perdió poco a poco lo que tenía, sus empresas, dinero, familia, todo fue destruido por sus “planes fallidos” que no habían logrado funcionar gracias a Lucas, y ahora, quedaría sin nada.
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