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La salvia (Salvia officinalis) es una planta perenne perteneciente a la familia de las Lamiaceae, muy valorada por sus propiedades culinarias, medicinales y ornamentales. Con su distintivo aroma y sus hojas de color verde grisáceo, la salvia es una adición maravillosa a cualquier jardín. Afortunadamente, con los cuidados adecuados, es fácil de cultivar y mantener, es por ello que en la nta de hoy te tengo los cuidados necesarios para cuidar de tu salvia, así que isn más vamos a por ello:
Riego: prefiere condiciones relativamente secas y es tolerante a la sequía una vez establecida. El riego excesivo puede provocar pudrición de la raíz, por lo que es importante permitir que el suelo se seque entre riegos. En general, riega la planta profundamente pero infrecuentemente, ajustando la frecuencia según las condiciones climáticas y el tipo de suelo.
Temperatura: es resistente y puede sobrevivir en una amplia gama de temperaturas, aunque prefiere el clima cálido. La salvia puede soportar heladas ligeras, pero para un crecimiento óptimo, se desarrolla mejor en temperaturas que oscilan entre 15°C y 27°C.
Luz: requiere pleno sol para desarrollarse plenamente. Asegúrate de que tu planta reciba al menos 6 a 8 horas de luz solar directa cada día. Si estás cultivando salvia en interiores, colócala cerca de una ventana que reciba mucha luz o considera el uso de una luz de crecimiento.
Fertilización: generalmente no requiere mucha fertilización. Aplicar un fertilizante orgánico de liberación lenta al principio de la temporada de crecimiento puede ser beneficioso, pero evita sobrefertilizar, ya que esto puede disminuir el aroma y el sabor de las hojas.
Poda: poda en primavera para estimular un crecimiento nuevo y compacto. También puedes podar después de la floración para mantener la forma de la planta y promover la salud general. La eliminación de las flores marchitas prolongará la temporada de floración y evitará que la planta invierta energía en la producción de semillas.
Sustrato: prospera en sustratos bien drenados con un pH entre 6.0 y 7.0. Si estás cultivando en contenedores, asegúrate de que el sustrato tenga un buen drenaje y considera mezclar perlita o arena para mejorar la aireación.
Trasplante: si empiezas con plántulas o semillas dentro de casa, trasplanta las salvia al jardín una vez que todo riesgo de helada haya pasado y las plantas se hayan fortalecido. Asegúrate de espaciar las plantas de 30 a 40 cm para permitir un crecimiento adecuado.
Control de plagas y enfermedades: es relativamente resistente a plagas y enfermedades. Sin embargo, vigila la aparición de hongos, especialmente en condiciones de humedad. Mantén el área alrededor de las plantas libre de escombros para reducir el riesgo de problemas.
Cosecha: se puede comenzar a cosechar cuando la planta tiene un buen tamaño y suficientes hojas. Corta las hojas o ramas según sea necesario. Para obtener el mejor sabor, cosecha por la mañana después de que el rocío se haya secado.
Con estos cuidados básicos, tu planta de salvia no solo prosperará sino que también te proporcionará hojas aromáticas para tus recetas, tés y proyectos de medicina herbal.
Acá debajo podrás encontrar más notas de cuidados básicos de plantas para que todo lo de huerto o jardín siempre este sano y muy productivo.
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