(Imagen/ Wikipedia)
¿Cuándo mullir?
No existe ninguna norma que deba seguirse al pie de la letra. Una tierra que resulte demasiado compacta debe mullirse antes de proceder a la siembra o plantación.
En las regiones con inviernos suaves, la tierra se debe mullir en otoño, cuando está a punto de concluir la temporada y se van a plantar las hortalizas de primavera, como el ajo o los guisantes.
En el resto de las regiones, es preferible dejar pasar las lluvias invernales, motivo por el cual la tierra debe mullirse antes de que comience la primavera.
Etapas para mullir la tierra
1. El layado permite mullir y enterrar la hierba o el mulch extendido en el suelo. Hunda la herramienta en vertical, empuje el mango hacia la parte posterior y levante la tierra para removerla.
2. El arado se realiza con un garabato, en el suelo ya desbastado, antes de sembrar o plantar. Unos cuantos movimientos de vaivén en los 3 centímetros superiores de la tierra rompen los terrones, al mismo tiempo que allanan la parcela.
3. La horca de doble mango es una herramienta que permite mullir la tierra sin necesidad de removerla. Hunda los dientes en posición vertical en la tierra y tire de los mangos hacia usted. Extraiga la herramienta y húndala de nuevo unos quince centímetros más allá.
4. El motocultor es un arado provisto de motor. Si la superficie que debe mullir es muy extensa, puede alquilar uno. Tome bien las manceras para que la fresa actúe a cierta profundidad. Seleccione una velocidad de rotación lenta para no desmenuzar demasiado la tierra, ya que se compactaría tras las primeras lluvias.
(Imagen/ Flickr: Leshaines123)
Herramientas
Una laya, un garabato, una horca de doble mango o un motocultor.
Consejo
¿Es necesario remover la tierra? Este tema constituye objeto de debate entre los jardineros tradicionales y los adeptos a la jardinería biológica.
Los primeros siguen los consejos de antaño y afirman que, al layar la tierra, los parásitos salen al exterior, donde son devorados o mueren de frío.
Los segundos sostienen que se deben conservar las capas naturales del suelo para proteger a los microorganismos, ya que contribuyen a la fertilidad de la tierra.
(Imagen/ Wikimedia)
S.O.S.
Pese a mis esfuerzos, no consigo hundir la laya en el suelo. Es probable que la tierra contenga muchas piedras o raíces.
¿Se encuentran árboles en las proximidades?
Asimismo, puede deberse a que el terreno posea un elevado contenido en arcilla. En ese caso, utilice una horca o una herramienta biológica. Los dientes se hundirán en la tierra con mayor facilidad.
También puede que la tierra esté demasiado seca. En este caso, riéguela en abundancia uno o dos días antes de layarla.
Por último, ¿ha comprobado si la laya está perfectamente afilada?
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Este reportaje es un fragmento del libro Huerto, de Larousse Editorial. Si te interesa este contenido, tienes más información detallada aquí: Larousse.es.