Entre las enfermedades que pueden atacar a las rosas existe la roya, un hongo que afecta a diversas especies. Se asemeja a un tipo de herrumbre (óxido de hierro) por sus pústulas de color anaranjado, como polvillo sobre las hojas de las rosas y en los tallos.
Se trata de un organismo que se beneficia especialmente de las altas temperaturas y la humedad constante. Te damos algunos trucos para cuidar las rosas y deshacerte de esta molesta plaga.
Soluciones para combatir la roya
Primero aparecen en las rosas pústulas de color anaranjado, que luego se convierten en manchas.La primavera y el otoño son las temporadas en las que suele aparecer este hongo. Las temperaturas ideales para que crezca este hongo están entre los 19 y los 25º C.
La humedad sostenida durante 2 o 3 horas también ayuda a la proliferación de esta enfermedad.
Toma nota de las siguientes recomendaciones que te ofrecen los expertos de la Universidad de Iowa:
En cuanto veas una pústula anaranjada sobre las hojas o tallos de tu rosal, arráncalos de la planta.
Si podas cuidadosamente las ramas muertas, podrás detener el avance de la Pucciniomycetes o roya, facilitarás el movimiento del aire entre las hojas y les quitarás el exceso de humedad que favorece al hongo.
Como último recurso, rocía la planta con un funguicida de azufre o de triforine. Repite el tratamiento a intervalos de 7 a 14 días, mientras continúen las altas temperaturas y la humedad sea alta, favorable a este hongo.
En el otoño, arranca todas las hojas infectadas y bárrelas del jardín.
En invierno, aplica una dosis extra de azufre en aerosol, cuando tus rosales estén hibernando.
Medidas preventivas
Antes de plantar un rosal, elige uno que sea resistente a la roya.Nunca rocíes con agua las hojas de tu rosal de noche, porque si se asienta una capa de humedad durante varias horas, es muy probable que se forme esta plaga.
Planta rosas en áreas que reciban sol directo y permite que se aireen bien.