Con las ramas puedes conseguir que el suelo no se erosione, o abrigar los pies de las plantas más sensibles que tengas ante el frío. También puedes abrigar otras ramas, de ejemplares sensibles si hiela o nieva de repente.
Otra idea es triturar las ramas y extenderlas cerca de las plantas, para que mejore el terreno gracias a la dosis de nitrógeno extra que recibirán.
¿Tienes coníferas en tu jardín? ¿Aprovechas sus ramas?