Olivier Schattat, de Horticultura Las Lucanas, asegura que los estanques en tu jardín aportan beneficios "como elemento decorativo, para la educación de los niños, como apoyo a la biodiversidad y es un biotopo que atrae insectos, reptiles y aves que de otra forma no encontramos".
Recomendaciones iniciales
Para construir un estanque en tu jardín, lo primero que hemos de decidir es la ubicación del mismo. Elegiremos un lugar soleado y alejado de árboles que pierdan sus hojas, para reducir los residuos que caerán al agua. Su profundidad es fundamental; en zonas muy frías o muy cálidas ha de ser mayor, para evitar que se hiele o se caliente en exceso.
Una vez que se ha construido el estanque o se ha instalado uno ya fabricado, se llenará de agua, con cuidado de que no haya fugas, y se pondrán en marcha la bomba y los filtros. Poco a poco se convierte en un hábitat equilibrado para las plantas y peces que lo componen. Para no producir desequilibrios, nunca vaciaremos el estanque más de la mitad ni utilizaremos detergentes o lejías para limpiarlo.
La importancia del agua
El buen estado del medio es fundamental para garantizar el buen desarrollo de las plantas del estanque. Los parámetros más importantes son:Temperatura: conviene que el agua esté entre 17 y 26 grados.
Ph: ha de situarse entre 6.0 y 8.0. Raramente se necesitará un aumento; para reducirlo, se agrega ácido cítrico. Dureza: entre 5 y 15º. Para reducirla se añaden resinas y para aumentarla, calcio.
La filtración es imprescindible para mantener el agua sin impurezas y con un nivel de oxígeno apropiado. En esta función tienen un papel destacado las bacterias que se encuentran en el estanque. Además, utilizaremos filtros artificiales, que podemos situar tanto en el interior de la charca como en el exterior. Los interiores, al no estar a la vista, no son un obstáculo al elemento decorativo que supone el estanque, sin embargo, los exteriores, más utilizados en estanques de gran tamaño, tienen un mejor acceso a la hora de limpiarlos.
Los 'skimmer', parecidos a los que encontramos en las piscinas, son muy útiles si las charcas están situadas cerca de árboles, ya que reducirán considerablemente los desechos de la superficie, como hojas o ramitas. Para que la recogida sea efectiva y el agua se mantenga en perfectas condiciones, hemos de revisar periódicamente los filtros y 'skimmer' para comprobar que no están obstruidos.
Plantas de borde y plantas submersas oxigenantes
A continuación, tendremos que seleccionar algunas de las muchas variantes que se cultivan en el medio acuático. Las plantas que se colocan en el borde crecen en la superficie, pero en terrenos muy húmedos junto a la charca. Las de crecimiento más bajo son útiles como tapizantes (para cubrir los bordes del estanque o lonas), y las más altas, para proteger del viento a las especies más delicadas que crecen en el interior del mismo. La altura que alcanzan depende de la especie; encontramos algunas que miden menos de 20 cm. y otras que superan el metro de altura.Algunas variedades son: bacopa laniguera, procedente de América del Sur, de crecimiento bajo; hemigraphis colorata, de la zona sur de Asia, de longitud semejante a la anterior; o pondeteria lanceolata, originaria de América del Norte, que ocultará parte del estanque con su metro y medio de altura
Las submersas oxigenantes se desarrollan bajo el agua, y aportan a ésta cantidades nada despreciables de oxígeno. Entre ellas encontramos Aponogeton Distachios, que resiste temperaturas desde los 30 grados hasta los 0, si está protegida, y Cladophora Aegagrophila, que, aunque crece lentamente, su cultivo resulta sencillo.
Plantas flotantes, nenúfares y lotos
Las flotantes crecen por encima del agua, flotando, en algunas ocasiones, con las raíces en el fondo del estanque y en otras, sin llegar a enraizar. Algunas de las variedades que encontramos son pistia stratiotes, que tiene su origen en zonas tropicales, por lo que sólo la ubicaremos en aguas templadas; o limnobium laevigatum, procedente de América del Sur, que tampoco soportará temperaturas muy bajas.
El nenúfar, tal vez la planta más popular del estanque, mantiene sus raíces en el fondo y sus tallos se extienden hasta la superficie, donde las hojas y flores flotarán. Existen dos tipos: los tropicales crecen y florecen durante todo el año, mientras que los europeos no lo hacen en invierno.
Los lotos o nelumbos son parecidos a los nenúfares, aunque sus flores se elevan por encima de las hojas, que se mantienen en la superficie. Esta acuática protagoniza un papel muy destacado en las culturas asiáticas, y necesita abono constante durante su floración, al igual que los nenúfares.
El cultivo de las acuáticas
Tras llenar el estanque, hemos de esperar un par de semanas para plantar las especies elegidas, para que el agua esté equilibrada. Esta tarea se realiza en primavera o verano, siempre que haya pasado el riesgo de heladas. Cultivaremos por medio de esquejes (tallo procedente de un ejemplar que dará lugar a uno nuevo), plantones (ejemplar con raíces) o contenedores (planta con raíces, sustrato y abonos).
En cualquiera de los tres casos, hemos de elegir el lugar de plantación, en el mismo estanque si hemos dispuesto una zona con sustrato, o en contenedores de rejilla. Haremos un hueco en el terreno, introduciremos el ejemplar y cubriremos el agujero. Los materiales adecuados para que las plantas acuáticas crezcan son la arena de río o arcillosa y las cenizas.
Cuidados básicos
Según Olivier Shattat, el mantenimiento del estanque comprende "mantener el nivel del agua, retirar los objetos caídos, como hojas de árboles, sacar los peces muertos, en caso de que nuestro estanque incluya estos animales, podar las hojas secas y abonar las plantas de borde y nenúfares con dados o pastillas de abono de lenta liberación".
Las atenciones que necesitan las plantas acuáticas no son demasiado rigurosas, pero la poda es obligada. El abono también está recomendado; en este caso emplearemos los de lenta liberación y orgánicos, pero nunca utilizaremos abonos líquidos ni estiércol. Abonaremos los lotos y nenúfares una vez al mes durante la época de floración.
Especies como los nenúfares tropicales no soportarán las bajas temperaturas propias del invierno. Por ello, hemos de retirarlos del estanque cuando se acerque esta estación. Para ello, sacaremos el contenedor del agua, dejaremos escurrir bien, cortaremos las hojas y lo taparemos con paja, en un lugar resguardado. Cuando llegue la primavera estarán listos para volver al estanque.
Asimismo, es importante prestar atención a las plagas. Los pulgones afectarán a la mayoría de nuestras especies. Para combatirlos, bastará con aplicar agua a presión. Es probable que surjan algas en el agua; para eliminarlas, aplicaremos alguicidas. Sin embargo, para que no vuelvan a aparecer, nos aseguraremos de que los diferentes parámetros del agua se encuentran en los niveles adecuados, ya que, de lo contrario, los productos que apliquemos resolverán el problema sólo de forma temporal.
Imágenes: Lucanas.com
Fuentes de información: Lucanas.com; Elestanque.com; Botany.com