A tan solo 15 Km. de Madrid se encuentra el huerto ecológico, específicamente a las afueras del municipio madrileño de Alcorcón, encontramos un oasis de paz, tranquilidad, trabajo duro y suculentos frutos. Se trata de una huerta colectiva. Está dividida en numerosas parcelas, y en cada una de ellas, muchos amantes de la naturaleza cultivan frutas y verduras para su propio disfrute.
Entre este huerto ecológico se encuentra la de Jose Luis Cano. Aficionado a la horticultura desde su juventud, ha participado en numerosos proyectos relacionados con la agricultura ecológica. Su huerto biológico es un ejemplo de productividad sin la necesidad de acudir a productos químicos, que como él mismo dice "agotan la tierra en muy poco tiempo".
Su afición no sólo pasa por ser un hobby, sino que considera que "el huerto ecológico puede ser terapéutico y equilibrarnos". Además, es una actividad física divertida y muy bonita, que requiere constancia, mimos y cuidados, y que revertirá en nosotros mismos a varios niveles, físicos y mentales".
Ésta es una buena muestra del tratamiento que Cano da al suelo de su huerto. Podemos observar la perfección con la que han sido realizados los surcos. El huerto tiene que ser cultivado con mucha paciencia.El cultivo de la patata lo realiza con canalizaciones hechas por él mismo, de tal manera que la distribución del agua se haga de manera óptima y autónoma. Cuando un hueco se llena, y tiene suficiente riego, el agua sobrante pasa al siguiente, disponiendo siempre de la cantidad suficiente.
Las lechugas aún se encuentran en período de crecimiento. Con mucho mimo y cuidados Jose Luis comerá frescas y suculentas ensaladas este verano. A pleno sol se desarrollan perfectamente.
Los semilleros que utiliza José Luis, los realiza él mismo con materiales reciclados. Con cuatro maderas forma cuadriláteros, sobre los que coloca una lámina de cristal para que se mantenga el calor en el cultivo.
El suelo: cambios constantes
Para el cultivo de hortalizas, y en general para cualquier plantación, es muy importante la composición del suelo en el que queremos trabajar. Debemos tener en cuenta que el suelo es un elemento vivo, que sufre cambios constantes y que es susceptible de alteraciones perjudiciales si realizamos en él malas prácticas, ya sea por propia voluntad o desconocimiento.
Según nos dice Cano "debemos consultar con un experto que nos asesore en cuanto a los pasos complicados que queramos dar, como puede ser equilibrar los phs, abonados, o encalados, que pudieran ser muy agresivos, y por lo tanto negativos". El suelo debe cumplir unos requisitos iniciales para ser cultivable: "debe tener estabilidad, permeabilidad, fertilidad y estar aireado".
Todos los elementos de los que consta un suelo en buenas condiciones influyen de manera recíproca, de este modo, él mismo se auto alimenta. Estos componentes son "arcilla, limos, arena, humus, materia orgánica, microflora y una fauna microscópica interna en constante evolución y movimiento" y hacen que la "capa arable se regenere a sí misma", aunque no será nocivo un pequeño abonado anual.
Tareas ecológicas a realizar
Existen varias actividades deseables en un huerto biológico, como, por ejemplo, las islas verdes. Se trata de espacios entre los cultivos donde plantaremos otras especies como aromáticas, o simplemente dejaremos crecer hierbas silvestres, cuidando de que no tengan raíces invasoras. Su misión es la de servir de escudo a las plantaciones hortícolas, pues las protegerán del viento y de las plagas.
Otra tarea importante es la realización de un compost con materias orgánicas sobrantes, es decir, de desperdicios. Para Jose Luis Cano el compost significa "devolver los residuos vegetales al suelo. Es la base del cultivo biológico y necesitará de la fermentación combinada de oxígeno, agua, bacterias y hongos, que se encargarán de su descomposición". Debemos hacernos con un recipiente en el que realizar la mezcla, que, por lo general, tardará unos cuatro meses en culminar el proceso.
Existen otras dos maneras naturales de fertilizar: el abono verde y el estiércol. El abono verde "consiste en plantar ciertas especies con el objetivo de mejorar la fertilidad y la estructura física del suelo". Estas especies pueden ser alfalfa, remolacha forrajera, mostaza, etc. El estiércol se compone de excrementos animales. Para ser utilizado debe pasar por un proceso de fermentación.
En su huerto también hay espacio para los árboles. Está muy orgulloso de sus olivos, pues nos cuenta que dan gran cantidad de aceitunas y de muy buena calidad, además le sirven para dar sombra y tener un lugar agradable donde descansar tras el trabajo duro.Para completar su labor, Jose Luis ha realizado él mismo un estanque, donde albergará distintas especies animales y vegetales. La idea es crear un ecosistema que se mantenga a sí mismo, y que aumente la sensación de tranquilidad gracias al sonido del agua, que se canaliza a través de un circuito cerrado.
Un huerto tiene un aspecto algo árido cuando comenzamos su cultivo, sin embargo resulta gratificante observar su crecimiento, que tiene lugar gracias a nuestros esfuerzos y atenciones.
Manos a la obra con las plantas
En el momento de ponernos manos a la obra en la huerta, debemos saber que existen ciertas labores principales. Una de las más importantes, según Cano, es la escarada: "las plantas compiten por la luz solar, por los nutrientes y el agua. Por lo tanto, habrá que eliminar las competidoras, aunque algunas son beneficiosas. Cada uno quitará las hierbas silvestres que crea necesarias".
Otras tareas importantes a realizar en el huerto biológico son: el tutorado, guiar las plantas que lo necesiten con una caña; el despunte, quitar tallos sobrantes que restan fuerza a la planta; el pinzamiento, corte limpio del tallo para favorecer el nacimiento de yemas nuevas; el realce, cubrir el tallo con más tierra, lo que beneficiará a los nuevos enraizamientos; el mantenimiento del soporte, lo que significa cavar con la azadilla para oxigenar y ahuecar la tierra; y por último el riego.
El cultivo de un huerto biológico, en consonancia con las leyes de la naturaleza, requiere mucho sacrificio y reflexión. Muchas de las labores que realicemos en él surgirán de nosotros mismos de manera intuitiva, pues este tipo de cultivo es un organismo vivo, que sabe manifestar sus necesidades. Sus frutos servirán de alimento al cuerpo y al alma.
Imágenes: J.H.
Agradecimientos: Jose Luis Cano, experto en horticultura biológica.