Aquí puedes ver el documental: DOCUMENTAL SOBRE AGRICULTURA URBANA EN EEUU
La agricultura urbana ha llegado para quedarse. Los ciudadanos nos hemos dado cuenta de la importancia de retomar nuestros vínculos con la tierra, de cultivar nuestros propios alimentos y de enseñar a nuestros hijos a trabajar la tierra con sus manos. Tanto en grandes ciudades como en pequeñas concentraciones urbanas, parcelas abandonadas, jardines públicos, balcones, terrazas y patios escolares se convierten en terreno fértil, reconquistado para cultivar alimentos y poder así comer los frutos de nuestro propio trabajo. Y está ocurriendo en todas partes del mundo.
En EEUU se están viviendo tiempos de cambio. Los ciudadanos norteamericanos, que durante las vacas gordas se habían transformado en meros consumidores, sienten que han perdido el tiempo y quieren trabajarse los alimentos con sus manos. Y es que la agricultura urbana no solamente consiste en cultivar para comer. Esta actividad sirve para revitalizar las redes sociales y para consolidar las comunidades que el capitalismo más brutal había dejado a la deriva. La agricultura urbana, vista de esta manera, es una herramienta de aglutinación social y ofrece una puerta abierta a aquellas personas que sólo se encontraban con muros contra los que chocar. Así que no es de extrañar que, en el país de las oportunidades, la agricultura esté formando parte de una toma de conciencia colectiva que, en esta ocasión, parece que ha llegado para quedarse.
La historia de la agricultura urbana ha sido cíclica en el país norteamericano: ya en la Segunda Guerra Mundial se crearon los llamados ?Jardines de la Victoria?, diseñados para que las mujeres pudieran alimentar a sus hijos mientras los hombres estaban en la guerra. Sin embargo, la costumbre de cultivar sus propios alimentos cayó en desuso una vez finalizado el conflicto y retornados ?los buenos tiempos?. Durante los años 70, con el enorme incremento del precio del petróleo, volvió a surgir la agricultura urbana. Lamentablemente, hasta ahora siempre que los ciudadanos estadounidenses volvían a vivir de forma más desahogada, los huertos urbanos volvían a abandonarse. Ahora, en una época en la que la agricultura familiar está herida de muerte debido a la industrialización del sector, en una época en la que el consumo de alimentos elaborados es muy superior al de productos frescos y locales, los ciudadanos retoman sus herramientas y se ponen manos a la obra. Justo cuando en muchos barrios de grandes ciudades no existe ninguna tienda en la que se vendan productos frescos, cuando sólo un sector de la población tiene acceso a alimentos saludables, la agricultura urbana está consiguiendo devolver la soberanía alimentaria a los ciudadanos, proporcionándoles unos productos de alta calidad, locales y muchas veces ecológicos.
Con la decepción proveniente de un sistema económico que se ha mostrado caduco, vuelve la ilusión por los productos frescos y de temporada, cultivados en el propio huerto. A través de su cámara, Dan y Andrew nos demuestran que, en esta ocasión, la agricultura urbana no es el fin, sino el camino hacia una salud y una vida mejores. Porque, como explica un agricultor urbano de Atlanta, ?la tarea más importante de la sostenibilidad consiste en transmitir la importancia de cuidar de la tierra, ya sea un terreno de tu propiedad o no.?
Comienza la era del cambio…