Geranios o Pelargonium

Se dice que existen más de 250 especies del género Pelargonium, más conocidos como geranios, pero no todos se comercializan, por ello, realmente, son cuatro los grupos en los que se pueden dividir los que nos podemos encontrar habitualmente a la venta en los viveros.

Geranio común o zonal- Pelargonium x hortorum.

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Gitanilla o Geranio de hoja de hiedra
- Pelargonium peltatum.

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Geranio de pensamiento
- Pelargonium grandiflorum.

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Geranio de olor
- Pelargonium graveolens.

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Los geranios
son plantas, que con unos pocos cuidados, pueden alegrar con sus flores, nuestros jardines, terrazas, balcones o patios, durante todo el verano. Esta floración puede alargarse hasta el invierno, e incluso puede mantenerse durante todo el año, en zonas cálidas, donde las temperaturas no sean inferiores a los 15ºC.
En zonas, como el norte de la península, donde las heladas son frecuentes a partir del otoño, habrá que protegerlos con plástico o una manta térmica, o resguardarlos en un lugar luminoso.
Durante el verano pueden estar expuesto al sol, siempre y cuando las temperaturas no superen los 24ºC. En zonas donde las temperaturas son más elevadas, se procurará situarlos en semi sombra, sobre todo en las horas centrales del día.

El riego, se realizará preferentemente en las primeras horas de la mañana o a últimas de la tarde, procurando no mojar ni las flores ni las hojas, evitando de esta manera los tan témidos hongos, que pueden causar la muerte de la planta.
La frecuencia de riego, dependerá de la zona donde se cultiven y la orientación a la que estén expuestos. Se deberá de observar el sustrato, no dejando que éste llegue a secarse por completo. Para forzar la floración, es mejor no regar en exceso.
Los riegos serán más frecuentes en la época de máxima floración, y se irán disminuyendo progresivamente hasta que ésta vaya desapareciendo. En invierno se puede dejar que el sustrato se seque por completo entre riego y riego.

Otra cuestión importante, para mantener la planta sana y evitar el consumo innecesario de nutrientes, es el ir eliminando las flores marchitas y todas aquellas hojas que se vean secas o descoloridas.

En cuanto al abonado, se realizará cuando la planta más lo va a necesitar, que es la época de floración (mayo-octubre). Se recomienda hacerlo regularmente, mínimo cada 15 días. Existen en el mercado diversas marcas específicas para este tipo de plantas.

Plagas:
Entre las más importantes y dañinas, se encuentra la de la mariposa africana (Cacyreus marshalli). Los síntomas más apreciables son, agujeros en los tallos, flores mústias u hojas con picaduras, producidas por las orugas.
Le atraen el agua y la humedad, por eso es conveniente dejar secar completamente el sustrato entre riego y riego, evitar los encharcamientos y no mojar pétalos ni hojas al regar.
Cuando ya se haya producido el ataque, se cortará todo lo dañado revisando la planta hoja a hoja y flor a flor, para localizar las orugas, que se podrán retirar a mano. Una vez realizada la limpieza, se quemará todo y se iniciará el tratamiento con un insecticida específico.

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 (Fotografía tomada de la red)

Otras plagas no menos importantes:

Araña Roja
(Tetranychus urticae). Son arañas minúsculas, de color rojizo, que se asientan en el envés de las hojas, dejando unas finas y sedosas redecillas. Los síntomas más comunes de esta plaga son las manchas amarillas de las hojas y su posterior caída.

Este ácaro adora el calor y la sequedad ambiental, por lo que para prevenir su aparición, se procurará mantener la planta siempre bien regada.
Si la plaga se ha instalado en la planta, se podrá combatir con un insecticida acaricida.

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 (Fotografia tomada de la red)

Pulgón. Estos insectos que apenas miden más de 3 milímetros, se pueden apreciar a simple vista en los brotes tiernos, quees donde se asientan preferentemente. Los pulgones actuan absorviendo la savia de las hojas, causando importantes daños. Algunos de los síntomas son: Hojas enrolladas y pegajosas. Manchas amarillas o de un verde pálido en los puntos de picadura.
Existe un remedio casero para combatirlo, que consiste en la disolución de dos cucharadas de jabón en escamas y dos de alcohol en un litro de agua. Se pulverizará la planta con este preparado si el ataque no es demasiado fuerte o como medida preventiva. Si por el contrario, es intenso, lo mejor será acudir a un insecticida sistemático.

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(Fotografia tomada de la red)

Mosca blanca. Se trata de una plaga que aparece sobre todo en verano, debido a las altas temperaturas y ambiente húmedo. Son pequeñas moscas blancas que al igual que el pulgón o cochinilla, clavan su pico en las hojas, absorviendo la savia. Uno de los síntomas más significativos es el abarquillamiento y la pérdida de color de las hojas. Ëstas se llenan de una sustancia pegajosa (melaza) y pueden llegar a caer.
Para combatirla, se aplicará el mismo tratamiento que para el pulgón.

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 (Fotografia tomada de la red)
 

Cochinilla. Actua de la misma forma que la mosca blanca o el pulgón, chupando la savia y excretando un líquido azucarado (melaza), sobre el que aparece el hongo Negrilla. Los síntomas son, amarilleo y deformación de las hojas, provocando su posterior caida.
Se instalan casi siempre en ejemplares atacados por otras plagas y se alimentan de material vegetal descompuesto, por lo que conviene eliminar los desechos de las plantas para prevenir su aparición.
Se pueden desprender a mano, con un algodón impregnado en alcohol de ginebra y agua al 50% o combatirlas con insecticida sistemático.

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 (Fotografia tomada de la red)

Roya: El síntoma de un ataque de roya es la aparición de pústulas o masas compactas de esporas de color naranja brillante o marrón en las hojas o en los tallos de la planta. Las zonas afectadas suelen perder el color original y marchitarse hasta morir.
La humedad elevada estimula a los hongos que la provocan, que se diseminan con la ayuda de la lluvia y las corrientes de aire
.Es fácil evitarlo. Basta con los tratamientos que se hacen para los demás hongos (Oidio y Mildiu). También hay productos específicos para la Roya, tanto preventivos como curativos (sistémicos).
Una medida preventiva es la de mejorar la circulación del aire, espaciando los ejemplares y evitando los desarrollos frondosos.

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 (Fotografia tomada de la red)

 

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