En 2003 abrió sus puertas el Jardín Botánico de Gijón. Con una extensión, que supera las 16 hectáreas (16 campos de fútbol), cuenta con árboles que superan los 400 años. Y como en Gijón lo habitual es que llueva en Otoño, pues nada mejor que dar una vuelta por su Jardín Botánico un día de lluvia.
Plantas en el Jardín Botánico de Gijón.
Estas plantas son de ésas que denominan "oportunistas". Es decir, que en apariencia no tienen un gran valor ecológico (eso nos dijo la guía), pero que a la vez tienen una enorme capacidad para adaptarse y reproducirse en muchas zonas. Lo malo, es que donde llegan apartan a las especies autóctonas.
Gotas de lluvia sobre hojas.
Aún así a mí me gustó mucho ver las gotas de lluvia sobre las hojas de estas plantas. Los diversos matices de verdeen tan pocos centímetros me han dado alguna que otra idea para mis muebles.
Plantas invasoras.
A estas plantas también las denominan "plantas invasoras". A mí me sonó fatal, pero normalmente estas especies exóticas cuando llegan a un lugar terminan haciéndose con él. Hay plantas de este tipo en América y en Europa. Parece que uno de los principales problemas en la actualidad es la Cortaderia Selloana. Una especie de plumero, natural de la Pampa, que se está haciendo con los márgenes de las carreteras en españolas. Precisamente, una de las grandes ventajas de estas plantas es su capacidad para adaptarse al clima y la gestión que hacen del agua que reciben
Sección de plantas invasoras del Jardín Botánico de Gijón.
El jardín botánico de Gijón recrea varios entornos para poder conocer las especies vegetales de cada uno de ellos. Desde el entorno Cantábrico al Atlántico pasando por una Factoría Vegetal y el Jardín de la Isla. En la Factoría Vegetal podemos encontrar frutales del viejo mundo (manzanos, fresas o cerezos). En el nuevo mundo, hallamos chirimoyas, aguacates o la feijoa. Entre los cítricos destaca la Mano de Buda. Su forma es asombrosa y su olor es impactante. Se usa en la alta cocina y a repostería por el aroma que desprende. Una pequeña rayadura hace que te huelan las manos a una mezcla de limón y naranja.
Mano de Buda.
Seguimos nuestra visita por los huertos. Allí no sólo se cultivan alimentos para los hombres. Las abejas andan como locas buscando algo que llevar al panel que se encuentra a unos metros y que podemos observar desde dentro.Como curiosidad nos contaron que ya no marcan a la abeja reina. Los investigadores han notado que una vez que la marcaban, el resto dejaba de hacerle caso. El motivo, nos dijeron, que no lo tenían muy claro.
Zona de huertos del Jardín Botánico.
Y sin salir del huerto encontramos a otros que se ponen las botas. Los caracoles tienen unos intensos colores marrones en este jardín. Y el tamaño, como se puede apreciar en la foto, es considerable.
Caracol en el Jardín Botánico de Gijón.
Impresionante, sin lugar a dudas, es el Jardín de la Isla. Se trata de un jardín histórico de 1870 creado por Florencio Valdés. En esa época decidió crear un espacio donde cada árbol y planta eran cuidados con mimo y colocados con un enorme simbolismo. La zonas de las piscinas naturales merece el viaje hasta el Jardín Botánico de Gijón. Son pequeñas, pero el juego y el uso que se hace del agua son dignos de admirar. Cada rincón está pensado y meditado, en parte para realzar a las especies que se encuentran en cada espacio.
Jardín de la Isla.
¿Qué tienen que ver las plantas con la decoración? Pues, que son una fuente inagotable de ideas. La combinación de colores y sus formas pueden servirnos para inspirarnos.
Planta del Jardín Botánico.
Si vais a Gijón, os recomiendo una visita a su Jardín Botánico y sus visitas guiadas. Nosotros tuvimos la suerte de ver el jardín de la mano de Pilar. Fue todo un hallazgo. Una persona que sabe muchísimo, pero lo cuenta de tal forma que hace que te interese y quieras saber más. Una anécdota que nos contó: la expresión "tirarse los tejos" tiene su origen en un árbol. Los jóvenes se citaban bajo un tejo para pretender a sus enamoradas. Aunque ya he leído en otro sitio (me tenía que documentar), que el origen de dicha expresión puede estar relacionado con el juego denominado tejo, en el que se lanzaban trozos de tejas a un palo de madera. Cualquiera de las dos teorías me parece buena.
Setas en el Jardín Botánico de Gijón.
Con estas fotos participo en el Plan Macro de Nika Vintage. Como siempre, una propuesta muy recomendable para ver cosas bonitas.
Otoño en el Jardín Botánico de Gijón.
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