Las plantas crecerán indistintamente del sexo de su cuidador, y todos los gadgets (a excepción si me apuráis, del color de los guantes de jardinería) sirven para lo mismo, seas hombre o mujer.
Es una suerte que así sea cuando se acerca un cumpleaños o una fecha señalada como San Valentín, especialmente porque hay mil y una cosas entre las que escoger:
Desde ese hardware hortícola que no te compras para ti mismo porque nunca encuentras el momento apropiado, hasta los consumibles que hay que ir reponiendo cada temporada.A ver si puedo daros algunas ideas y, de paso, alguien que yo me sé se da por aludido… ;)
Si hace poco que habéis empezado el huerto en casa, es muy probable que cuando llegue la primavera queráis ampliar el espacio que le dedicáis en la medida de lo posible. Un buen regalo puede ser un pack de sustrato y abono para rellenar nuevas macetas, algunos productos para tratar las plagas de manera ecológica, e incluso una selección de abonos de mantenimiento y/o formulados para floración. Cuando llegue el momento de pimientos y tomates, seguro que lo os lo va a agradecer.
Los presupuestos más ajustados pueden encontrar un buen surtido de semillas, especialmente en este momento del año en que aún estamos a tiempo de sembrar casi todo.
Aprovechad para comprar variedades reivindicativas (esas que él/ella no compra nunca pero que a ti te gustan para que se vea moralmente obligad@ a sembrarlas) e incluso bulbos o plantel, que nunca está de más.
Hace ya algunos años mi marido apareció con un invernadero como el que podéis ver aquí.
Me pareció un regalo fantástico y lo utilizo mucho, tanto para preparar plantel como para esquejes o plantas de interior.
Tiene una cremallera que permite cerrarlo totalmente y cuando se acaba la temporada de uso, es fácil desmontarlo y guardarlo en cualquier rincón o en la misma caja si no la tiráis.
Este año me apetece mucho sembrar patatas otra vez. Nunca he tenido una cosecha extraordinaria por falta de espacio, así que posiblemente lo intente de nuevo en un contenedor algo más grande, a ver qué pasa.
Las bolsas textiles tienen mucha capacidad y creo que voy a inclinarme por ellas porque si no, mi única opción es hacerlo en la jardinera de los calabaciones. Y va a ser que no.
También me apetece mucho probar a cultivar algunas variedades de cherrys en cestas colgantes. Los de la variedad Gartenperle son muy productivos pero que se desparraman cosa mala y estoy segura de que crecerían bien en ellas. A ver si alguien que me quiere mucho toma nota del tema.
Y acabamos con el regalo estrella, ese que te hace quedar como un rey y siempre resulta inesperado para el que lo recibe: un compostador o una mesa de cultivo.
Cada vez hay más opciones aptas para todos los bolsillos, y si tenéis un poco de espacio, estoy segura de que empezar a hacer compost os llenará de orgullo y satisfacción.
¿Qué os gustaría que os regalara vuestra pareja para San Valentín? ¿Hay algo que os haga especial ilusión pero no os lo compráis nunca?
Ya me contaréis, ¡saludos!
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