Tener un jardín cerca de las costas parece ser un poco complicado. Ya que, cuando se vive al lado del mar o se dispone de una casa con jardín en la costa para disfrutar durante las vacaciones, es necesario saber que la proximidad del océano afecta a las plantas. Para combatir esta situación sólo hay que tomar una serie de medidas con respecto a la tierra o el agua. Contrarrestar sus efectos es fácil, basta con seleccionar los árboles, arbustos y flores más resistentes y ofrecerles los cuidados apropiados.
Te contamos cómo cuidar tu jardín cerca de las costas si vives cerca de la playa. ¡Apunta!
Principales inconvenientes cuando se tiene un jardín cerca de las costas
Uno de los problemas del jardín junto al mar es que el salitre proveniente de él se deposita tanto en las plantas como en el suelo. El agua, que se pulveriza cuando rompen las olas en la playa, se desplaza con el viento y se posa en el primer obstáculo que se encuentra. Si la fuerza del viento es muy fuerte y la arena de la playa es muy fina, junto a las gotitas de agua marina, viajan también granos de arena.En estas circunstancias, las plantas más frágiles sufren las peores consecuencias, ya que, los granos de arena producen desperfectos en las mismas, el salitre les tapa los poros y la tierra se ensucia con la sal marina. El efecto producido en la planta es el mismo que se produciría si le faltara agua, aunque tenga bastante a su disposición. La sal sobrante, por ejemplo, se acumula en la punta de las hojas quemándolas.
El terreno idóneo
El terreno arenoso es la mejor elección para que el salitre no se acumule en la tierra. Si se opta por una superficie arcillosa, hay que tener en cuenta que, junto con la sal, en ella se formará una costra en el suelo que afectará negativamente a la vida de las plantas.Para el cultivo de macetas, aunque se puede usar tierra de tipo arenosa, es más aconsejable utilizar un preparado para plantas que se comercializa en cualquier tienda especializada, que es ligero y asegura una buena penetración del agua.
En este sentido, cabe destacar que la arena de la playa no debe utilizarse en ningún caso, porque además de estar prohibido por la ley, las sales que contienen son muy perjudiciales para el jardín.
Regar de forma adecuada
Lo más indicado para regar es intentar recoger agua de lluvia. A pequeña escala, se pueden utilizar cubos y palanganas. Por otro lado, hay personas que aprovechan el agua de lluvia que cae sobre sus tejados y discurre por los canalones, conduciéndola a un depósito.De cualquier forma, las plantas delicadas, tanto del jardín como interiores, han de regarse con agua embotellada o de lluvia. A la hora de hacerlo, hay que pulverizar el agua y mojar bien todas las partes verdes para limpiarlas del salitre acumulado.
Para regar el jardín lo más cómodo es hacerlo con aspersores. Con el riego por goteo, después de los años, aparecerán problemas de acumulación de sal en los orificios de salida y se tendrán que limpiar o sustituir.
Los cuidados del césped
Aunque muchos céspedes son sensibles a la sal y viven mal en primera línea de playa, algunas especies resisten mejor las condiciones adversas.Las más extendidas son las gramas, un césped rústico que consume menos agua y se siega poco, aunque amarillea con las temperaturas bajas del invierno. Se siembra a partir de primavera o se planta por esquejes. La variedad americana soporta más la sal y apenas amarillea, aunque haga frío.
Otra variedad, pero menos extendida, es la Zoysia japónica, un césped muy ornamental que también consume poca agua y se riega poco. Sin embargo, una de las más utilizadas en zonas costeras, como la del sur de Barcelona, es la llamada Grameta de Sitges o Grameta de Vilanova, una variedad que proporciona abundante césped del tipo normal y bastante resistente al agua.
Combatir el salitre
Una forma de evitarlo en una zona reducida es la construcción de una barrera física en la que choque el viento marino, preferiblemente permeable a totalmente opaca. La valla con brezo seco, por ejemplo, amortigua la fuerza del viento con más efectividad que una pared, ya que, esta hace que el viento cree un remolino detrás.Cualquier seto vegetal creado con una planta resistente a la sal es igualmente efectivo. La planta deberá ser de hoja persistente y alcanzar cierta altura. La zona de detrás de la pantalla, que queda protegida del efecto del viento marino es, aproximadamente, de una vez y media la altura que tenga la barrera.
Las plantas más resistentes
Como norma general, es importante no comprar plantas delicadas. Para orientarse, lo mejor es fijarse en las de los vecinos y en las que crecen en los jardines de los alrededores, eligiendo la que mejor se adapte al gusto de cada uno. Lo más seguro es que se trate de palmeras, tamarindos, bellasombras... aunque saber su nombre es bastante difícil, por lo que conviene coger un tallo para, posteriormente, consultarlo con algún especialista.En cualquier caso, entre los árboles y arbustos más adecuados para estar cerca del mar se encuentran el ciprés, la morera, la palmera, el pino o el palmito. Otras plantas muy resistentes son el aloe, la artensia, todos los cactus, el geranio, el pitus o la yuca, entre otros.
Después de estos consejos estamos seguros de que tu jardín será el más bonito del verano. ¡Es hora de ponerlos en práctica!