Aunque en invierno suele tolerar la luz directa del sol es necesario sacarla algún lugar sombreado fuera en verano. La temperatura ideal para el cactus oscila entre los 16-21ºC y es conveniente que tenga una buena humedad ambiental. El riego debe realizarse dos veces por semana con agua no calcárea, pero debemos tener cuidado con los encharcamientos que pueden deteriorar las hojas.
Para abonarla es necesario hacerlo con un fertilizante abundante en potasio y fósforo ademas de aplicarlo de manera moderada. Sin embargo, si vemos que el cactus está muy estropeado, debemos realizar un riego con abono añadiendo quelatos de hierro para que vuelva a crecer de nuevo. Tras la época de floración, es conveniente situarlo en un lugar fresco de la casa para disminuir los riesgos y proporcionarle el reposo requerido por la planta.
¿Les gustaría tener un cactus de este tipo?
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