Coged una bandeja que no tenga agujeros para el drenaje, si puede ser honda, y envolvedla con papel de cocina. Humedeced la bandeja ya forrada con una regadera, pero solo un poco. Poned entonces las semillas dentro de la bandeja y aseguraos de que el papel esté húmedo y mojado a temperatura ambiente.
En cuanto aparezcan los primeros brotes de las semillas, traspantadlos a una maceta. Y en el momento en el que tengas varias hojas, instaladlos en el huerto con una distancia entre ellos de unos 15 a 20 centímetros. También, si queréis, en vez de trasplantarlos a una maceta podéis hacerlo directamente en el jardín.
¿Vais a usar este sencillo método?
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