Este tipo de bancal, dicho de una forma simple es un bancal elevado sobre madera enterrada y otros elementos que promete cosechas increíbles, es una técnica muy antigua. Se suele usar en suelos compactados, con mal drenaje, suelos muy arenosos, con humedad limitada o aquellos con poca materia orgánica.
Tipos de suelo donde ponerlos
La idea consiste en hacer un bancal elevado o cama de cultivo, llenarlo de madera en un alto estado de descomposición y material orgánico, como por ejemplo hojas secas. Si tienes un suelo arcilloso la profundidad del bancal será de unos 10 a 20 centímetros y si tienes un suelo arenoso de 30 a 40 centímetros.En caso de disponer de un suelo poco profundo y al profundizar en la tierra damos con rocas que en algunos sitios también pasa, se puede instalar un bancal de este tipo. La única diferencia que bajaremos hasta donde podamos y el resto será elevado.
Lo más fascinante de estos bancales es que son reservas de vida, biodiversidad, nutrientes y dan muy buen resultado. Si quieres verlo paso a paso y saber ventajas y desventajas de este tipo de bancal aquí te dejo el vídeo.
Materiales
Yo utilizo para esta técnica ramas de diferentes tamaños, se puede meter compost sin hacer o ya directamente elaborado, así inoculamos millones de microorganismos. Un buen montón de hojas variaditas, puede tener acículas de pino o cualquier tipo de hojas secas.Troncos que estén muy envejecidos, se puede con troncos que estén en buen estado pero el proceso tardaría mucho más y no es lo idóneo. Como algo opcional si tenéis también se puede añadir carbón o estiércol, cada uno que lo adapte a su tipo de terreno y circunstancias, lo que tengáis a mano.
Preparación
Se prepara el hoyo donde se colocarán los primeros troncos en la base, un dato importante es que evitaremos usar madera de nogal, eucalipto o cerezo, ya que estas desprenden compuestos bioquímicos que afectan mucho al crecimiento de los microorganismos y esto no nos interesa.El siguiente paso es añadir compost, capas de hojas y tierra mejorada para terminar con un acolchado. Podemos poner estiércol maduro, compost, humus de lombriz, entre otros abonos orgánicos, esto dará un aporte extra a nuestra tierra.
Se puede enriquecer con harina de pluma que aporta nitrógeno de liberación lenta, promueve el desarrollo de raíces y activa el proceso de descomposición. Para mejorar más aun la mezcla se puede añadir harina de hueso que aporta fósforo y calcio y harina de roca que aportará microelementos y es ideal para recuperar suelos pobres.
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Fuente: este post proviene de La Huerta de Ivan, donde puedes consultar el contenido original.
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