En el Museo-Jardín hay 2.500 especies, muchas de las cuales se encuentran en peligro de extinción en sus lugares de origen, por lo que se conservan dentro de un invernadero. Entre estas, las más abundantes son las Castáceas.
En la zona exterior se pueden ver las suculentas, cuya principal característica es acumular agua y gastar la menor cantidad posible. Para ello, apenas tienen hojas, o desarrollan espinas para protegerse.
Gracias a la temperatura de la que goza Casarabonela, los cactus del museo están adaptados perfectamente. Lo peor que puede pasarles es que alcancen temperaturas menores a los cero grados, algo que sucede muy pocas veces.
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(Foto: casarabonela.es)