La glicinia es un arbusto caducifolio trepador y robusto que puede llegar a medir hasta 15 metros de altitud.
(Imagen/ Flickr: Aflanio Tomikawa)
La glicinia es una especie originaria de Japón y China que contiene unas flores de color malva agrupadas en grandes racimos colgantes que le dan una imagen especial.
Los frutos de la glicinia son vainas alargadas aterciopeladas de gran belleza.
Además, este ejemplar puede llegar a vivir hasta cien años, de ahí su enorme resistencia a fuertes heladas.
(Imagen/ Flickr: tanakawho)
Se suele utilizar para cubrir muros y para crear un ambiente íntimo en nuestro jardín, para evitar la mirada indiscreta de curiosos.
(Imagen/ Filckr: DBduo Photography)
Se adapta a todo tipo de suelos, aunque se desarrolla mejor en sustratos arcillosos, fértiles y que retengan bien la humedad.
Plagas y enfermedades
La glicinia, al igual que otras especies, es un manjar para las plagas y parásitos.Las principales protagonistas que perjudican a los brotes tiernos de esta especie son las cochinillas y pulgones, que se sitúan principalmente en las hojas y el ápice de las yemas.
Para evitar que estos parásitos estropeen la planta se deben tomar medidas cuanto antes, para que la glicinia no se marchite.
(Imagen/ Flickr: Aflanio Tomikawa)
Una de las enfermedades más comunes de este ejemplar son hojas mal formadas y que pierden toda su coloración, adquiriendo una tonalidad amarillenta.
Para arreglar este problema es conveniente eliminar las partes afectadas.
(Imagen/ Flickr: UGAsdener)
Otra enfermedad bastante grave que puede acabar con la glicinia son los virus transmitidos por injerto, por lo que hay que destruir las zonas que puedan estar enfermas.
(Imagen/ Flickr: tanakawho)
Además, este vegetal puede llegar a crecer bastante, por lo que puede ser un problema para nuestro jardín, ya que puede estropear tejar, canalones y las estructuras donde puedan estar apoyadas.
(Imagen/ Flickr: pen3ya)
Multiplicación de la glicinia
Este proceso se puede realizar de muchas maneras, pero la más simple es por esquejes en donde los tratamientos de 24 horas refuerzan la planta y favorecen el enraizado.(Imagen/ Filckr: jeeheon)
Por acodo es otro método muy sencillo que se comienza en otoño y para que la multiplicación se haga adecuadamente es necesario cavar una pequeña zanja insertando la rama con la incisión hacia abajo. Después, se cubre con sustrato y se riega para que comience correctamente su crecimiento.
En este sentido, se debe poner una piedra que cubra la zanja, para evitar que la rama se salga de su emplazamiento.
(Imagen/ Filckr: osanpo)
También se puede realizar por semillas, pero no es muy habitual utilizar esta técnica, debido a que tarda mucho más en florecer.
(Imagen/ Flickr: HAMACH!!)
Por último, cabe destacar la multiplicación mediante injertos, en donde se colocan los más sanos sobre las estacas enraizadas de los de menor calidad.
(Imagen/ Flickr: Takashi (aes256))
Todos estos procesos de multiplicación pueden ser utilizados para tener una preciosa glicinia en nuestro jardín.
Hay que tener mucho cuidado con las semillas y los frutos de esta especie, ya que no se pueden comer porque son muy venenosos.
(Imagen/ Flickr: Photo Munki)
(Imagen/ Flickr: longhorndave)
(Imagen/ Flickr: tanakawho)
(Imagen: Wikimedia)
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Fuentes: Eljardinbonito.es, Bonsaiglobal.com.