Las gramíneas y los bambúes tienen un carácter modesto. La verdad es que ha tenido que pasar bastante tiempo para que recibieran el aprecio que se merecían: ahora vuelven a aparecer en nuestros jardines como una bien hallada innovación. Y es que no debemos olvidar que garantizan en nuestros parterres un intenso color verde durante todo el año, visible y perceptible.
Juntos forman una gran familia
Los gramíneas tienen un aire exótico y, sobre todo, oriental, pero eso no significa que sólo haya que reservar espacio para ellos en un jardín japonés. Siempre que se apliquen de manera adecuada, quedan bien en prácticamente cualquier espacio verde. Las gramíneas pertenecen a una de las familias más grandes de plantas y crecen en todo el mundo.
Los gramíneas también pertenecen a esta gran familia, pero, a diferencia de las gramíneas comunes, que son herbáceas, el bambú se considera un arbusto, al ser una especie leñosa. Normalmente son plantas vivaces, pero existen también muchas anuales. Las mayores concentraciones las encontramos en China, Japón y en el norte de Australia.
Las gramíneas son monocotiledóneas
Los tallos no se ramifican y se dividen claramente en vainas por los llamados nudos. Las hojas son estrechas y simétricas. Lo más característico de las gramíneas son las flores, aunque éstas apenas llaman la atención. Se debe a que faltan los llamados perigonios, aunque no los necesitan, porque son polinizadas por el viento (anemofilia).
Tampoco tienen néctar, por eso no acuden a ellas los insectos. Y, sin embargo, crecen de manera impresionante, debido a que las inflorescencias contienen muchísimas florecillas. La mayoría de las veces son panículas, espigas o algo parecido, y se les llama panojas.
En los arriates, esta familia de plantas suele desempeñar un papel de apoyo: proporcionar tranquilidad y ambiente. La mayor parte de las gramíneas decorativas florece en verano y en otoño. Por esta razón son apropiadas las combinaciones con vivaces de rica floración, que en ese periodo también lucen al máximo. Por su parte, suelen tener la misma función que las plantas de hojas grisáceas: unen entre sí variedades que contrastan mucho y por eso se pueden usar perfectamente para conseguir efectos armoniosos. Intenta conseguir buenas combinaciones fijándote bien en otros jardines.
Todas las gramíneas y bambúes se ofrecen ahora en macetas. En principio se pueden plantar todo el año, a excepción de épocas con heladas. No obstante son preferibles la primavera y el otoño. Las variedades que no son del todo resistentes a las heladas, como el imponente carrizo de las pampas, se cultivan por supuesto en la primavera.
Gramíneas decorativas: bonitas en solitario
Una planta que completamente sola es capaz de acaparar la atención del público, debe ser de gran categoría, ya que normalmente recibe un lugar llamativo en el jardín. Las gramíneas decorativas exhiben su belleza en verano y fallan después, aunque existen excepciones a la regla: las variedades de Miscanthus también son hermosas en invierno.
Fíjate en sus exigencias individuales, que varían de un suelo muy seco a lugares en el agua. La mayoría, sin embargo, se conforman con una calidad corriente de tierra, por eso puedes usar tierra de jardín normal.