Las plantas curativas aportan una gran cantidad de propiedades medicinales. Si bien, la visita a cualquier ciudad del Norte de África implica una parada turística obligatoria en sus peculiares farmacias y tiendas de cosmética. El olor que desprenden, mezcla llamativa de aromas y olores de la naturaleza nos guía hacia ellas por las estrechas calles de cualquier ciudad marroquí, argelina o egipcia. Al adentrarnos en estos peculiares establecimientos, el espectáculo es aún mayor: los envases de pastillas, jarabes o pomadas han sido sustituidos por enormes recipientes de cristal repletos de hojas, semillas y raíces de plantas a cual más peculiar por olor y aspecto.
Las plantas curativas son remedios medicinales más antiguos del mundo, extraídos directamente de la tierra de estos países, especialmente rica en plantas medicinales, y que actúan directamente y sin efectos secundarios sobre cualquiera de nuestros males, desde un tumor hasta un dolor de cabeza, pasando por una erupción en la piel.
Basándose en un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2002, que aseguraba que el 70% de las plantas curativas del Norte de África tienen valor en el campo de la medicina y de la biotecnología, otro organismo de Naciones Unidas: la Unión Mundial de la Naturaleza (UICN), con sede en Málaga, ha puesto en marcha un proyecto, Programa para la Biodiversidad en el Norte de África, que vincula la conservación de estas preciadas especies con el desarrollo socioeconómico de la región.
Un recurso para paliar la pobreza
Los expertos de la UICN han tratado de que la recolección de variedades medicinales silvestres sea una oportunidad para mejorar las rentas de los más pobres, especialmente de aquellos que no tienen propiedades agrícolas, y una manera de diversificar los ingresos familiares para los agricultores que integran las plantas curativas en sus pequeñas explotaciones agrarias o forestales. Al mismo tiempo, las comunidades de beduinos, que poseen un ancestral conocimiento de la naturaleza, se han convertido en ejecutores de ensayos para la UICN por su trabajo en la propagación de estas especies medicinales.
Y es que estas plantas (unas 50.000 en todo el mundo según la FAO) se han convertido hoy día en un producto comercial cada vez más atractivo en los países desarrollados, donde se encuentran los principales focos de venta. Por eso es tan importante que estados en desarrollo como Libia, Argelia, Túnez, Marruecos o Egipto, donde se localizan estos vegetales, hagan un esfuerzo por mantener a largo plazo los ricos ecosistemas donde crecen, propiciando la conservación de este enorme valor económico de cara a la exportación.
Las dificultades de esta opción están en la falta de conocimiento sobre las prácticas agrícolas sostenibles de plantas medicinales y en la carencia de directrices políticas y legislativas. Por ello, el Programa de Biodiversidad en el Norte de África promovido por la UICN ha identificado y generado amplios conocimientos entre expertos de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto sobre los métodos para sembrar, propagar y cultivar plantas y, de este modo, proporcionar una alternativa a la recolección silvestre. Uno de los resultados de este proyecto es la Guía de Plantas Medicinales en el Norte de África, que se acaba de presentar en la ciudad andaluza de Granada. El libro es un magnífico compendio regional de las especies curativas que los expertos han identificado durante los últimos años en el Magreb, con todo tipo de información científica sobre sus usos y propiedades.
Sus páginas nos proporcionan soluciones para tratamientos de belleza, alivios para todo tipo de enfermedades, incentivos del apetito sexual, adelgazantes o antioxidantes para hacernos la vida más agradable del modo más natural.
Veamos ejemplos de algunas de las especies que vienen recogidas en la Guía de las Plantas Medicinales del Norte de África:
Las alcaparras (Capparis rupestris) son los capullos cerrados del arbusto, oriundo de esta región. Su proceso de recogida es laborioso y artesanal, ya que tienen que ser recolectadas a mano, antes del tercer día de su aparición en la planta. Conocidas y utilizadas desde la más remota antigüedad, especialmente con pescados y en la elaboración de salsas, se suelen conservar en vinagre o salmuera. Son ingrediente esencial en la preparación de la salsa tártara, la salsa remoulade, el steak tartare y otros muchos platos por su sabor ligeramente amargo. Con fines medicinales se emplean las raíces y la corteza, que contienen pectinas, glucósidos y unas cantidades considerables de rutina, un flavonoide que protege las paredes de los capilares y que tiene propiedades antioxidantes.Las alcaparras reducen la flatulencia y tienen propiedades anti-reumáticas. En infusión se utilizan en el tratamiento de hidropesía, artritis y gota.
El algarrobo (Ceratonia siliqua) se cultiva en estas regiones cálidas de suelos calcáreos, aunque también crece espontáneamente en lugares secos y pedregosos no muy alejados del mar. Sus semillas, muy ricas en mucílagos, y las vainas, sobre todo cuando están verdes, son ideales cocidas en caso de estreñimiento. Mezclado con el jugo de arándano, el algarrobo estimula los riñones perezosos, incrementando el nivel de orina. Además es una planta muy rica en taninos, por lo que en infusión es un buen remedio para la diarrea.
El Citrullus colocynthis es una especie silvestre considerada ancestro de la sandía cultivada, con la que guarda muchas similitudes en el aspecto. Su pulpa cocinada es utilizada por los egipcios para combatir el reuma, mientras que las hojas en infusión alivian los dolores menstruales y el asma. La corteza ha sido aplicada durante siglos para reducir la inflamación de los pulmones y combatir tumores.
El Paico común (Chenopodioum ambrosioides), también conocido en España como Hojas de Pasote o Té de los Jesuitas, es una especie que llega a medir un metro, aromática y cuyas hojas, de hasta 10 cm, son glandulosas y tienen el margen entero o sinuado. El paico se usa mucho en la medicina casera. Se suministra en infusión acuosa para combatir los males del estómago, como la indigestión y flatulencias. De él puede obtenerse, por destilación, un aceite esencial, de sabor picante, aromático, de color amarillento verdoso que pierde por rectificación sobre el cloruro de calcio. Es un aceite muy digestivo, ligeramente estimulante, que debe utilizarse en casos de empacho, indigestiones, dolores de cólico, catarros del estómago, disentería, pleuresía, lombrices, calambres, asma y especialmente en casos de parálisis de la lengua.
El Tribulus Terrestris es una hierba utilizada por sus efectos medicinales prácticamente en todo el mundo. En el Norte de África se ha utilizado durante siglos para aliviar trastornos hepáticos, dolores de cabeza, mareos y eyaculación prematura. Hoy día es un producto ecológicamente puro, sin aditivos químicos, que supone una ayuda natural para aumentar la libido, mejorar la fertilidad masculina e incrementar la potencia sexual. Está probado clínicamente que incrementa la energía y vitalidad. Además, ayuda a la construcción de músculos y a potenciar la fuerza sin ser hormonal.