Hay cactus que, pese a que crecen muy lentos, están muy codiciados. Cada vez que salen a la venta, algo que no ocurre a menudo, es fácil que los vendedores se queden sin ejemplares disponibles en cuestión de pocas horas. Esto es lo que pasa con el Ariocarpus retusus.
No tiene una forma común para un cactus, pero quizás sea por eso o por la bellísima flor que produce, es difícil que falte en alguna colección. ¿Lo conocemos?
Ariocarpus retusus es el nombre científico de una especie originaria de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí (México) que fue descrita por Michael Joseph François Scheidweiler y publicado en Bulletin de l’Academie Royale des Sciences et Belles-lettres de Bruxelles en el año 1838.
Se caracteriza por tener un cuerpo un tanto extraño: posee tubérculos divergentes apiñados con la punta aguda y de color verde-grisáceo, de unos 30cm de ancho por 25cm de alto aproximadamente. Las areolas están en las puntas de los tubérculos. Las flores mide unos 3-5cm de diámetro y son de color amarillo claro, blanco, crema o, más rara vez, con rayas rojas en medio. El fruto es alargado y mide unos 2,5cm
Imagen procedente de Flickr/Reggie
Además, hay que regarlo muy poco, incluso menos que a los demás cactus: una vez cada 10 días en verano y cada 20-30 días el resto del año. Asimismo, debemos de abonarlo con un abono líquido para cactus siguiendo las indicaciones especificadas en el envase del producto.
Resiste el frío y las heladas de hasta los -2ºC.