Un buen día empezamos a hablar en serio del tema y por fin decidimos "liarnos la manta a la cabeza".
Ahora venía el dilema... ¿Dónde colocar la nave y el corral?
Otra buena temporada pensando los pros y los contras de unos lugares y otros, decidiendo el tamaño de la nave y del corral...
hasta que estuvimos de acuerdo en el lugar en el que vivirian nuestras gallinas.
Al final se construyó la nave y se alambró el corral en "la punta de abajo"junto a las perreras, muy cerquita del huerto. Un lugar con varios árboles de hoja caduca que darían a las gallinas sombra y frescor en el verano caluroso de Badajoz y zonas soleadas para pasar buenos ratos al sol del invierno.