En nuestros días, el aumento de viviendas unifamiliares adosadas que cuentan con un pequeño espacio para realizar un jardín, ha hecho que se hable a pie de calle 'del jardín de Pedro' o 'estuvimos cenando en el jardín de Ana'. Cuando voy no sólo a viviendas unifamiliares adosadas, sino a viviendas independientes e incluso a grandes fincas de recreo, compruebo con tristeza que 'ni Pedro ni Ana' tienen jardines, y que a cualquier cosa hoy día se le llama jardín.
Un jardín es una obra de arte, y precisamente, lo que se dice una obra de arte, no es lo que veo. Pongamos un ejemplo: una obra de arte es un cuadro al óleo donde un artista ha dejado su tiempo y su talento plasmado en un trabajo original y que toca la fibra de las emociones humanas, pero no podemos llamar en ningún momento obra de arte a una lámina de papel que hemos comprado plastificada y enmarcada. Pues esto, justamente, es lo que está ocurriendo hoy día en el panorama actual paisajístico y urbano de los jardines.
Es lógico que haya pasado esto, ya que el impacto urbanístico ha sido gigantesco, tocando un nuevo tipo de vivienda que contaba con una serie de prestaciones que, hasta ahora, no se habían dado, como es el jardín. Así pues, cuando alguien desea realizar uno, toma como referencia la 'lámina plastificada' de su vecino, amigo o compañero de trabajo y nadie toma como referencia el original cuadro al óleo, porque nadie poseía uno y no existían referencias correctas que seguir o copiar.
Un sencillo jardín en torno a la vivienda. Si se saben ubicar las plantas adecuadas, se pueden colocar directamente en la fachada de una casa.
Un jardín con encanto en Valdemorillo (Madrid), donde se ha realizado un arroyo artificial tan naturalizado que, actualmente, la fauna anfibia se reproduce en él.
Nos encontramos en un momento donde estamos perdidos, porque las referencias que se toman son erróneas, y a su vez sirven de guía a un tercero o cuarto en adoptarlas. Por ello, los paisajistas estamos aunando todas nuestras fuerzas para hacer ver lo que realmente es un jardín, por pequeño que éste sea.
Son tantas las referencias erróneas que se siguen, de lo cual no culpo absolutamente a nadie, porque ni me he puesto a analizar de dónde proviene el error, ni merece la pena. Ha sucedido así, y lo que tratamos ahora es que la gente tome conciencia de lo que realmente es un jardín. Una de esas referencias mal tomadas es la de poner césped en lugar de pradera, ?recuerdan el artículo que les presenté hace tiempo? Reléanlo por favor. Los paisajistas, por muy diferentes que sean sus estilos, son los únicos que contemplamos el jardín como un refugio para el espíritu y un bálsamo para el alma.
Estanque artificial, sin ningún tipo de filtro, salvo el propio equilibrio de las plantas acuáticas oxigenadoras, como el myriafolium acuatilis.
Mis únicos consejos, y en los que haría hincapié, serían que, si adquieren una casa con jardín por pequeño que éste sea, no solar con ningún pavimento para convertirlo en patio. Recurran a un paisajista (que son los verdaderos artistas de los jardines) y él les aconsejará mejor que nadie. Recuerden que la diferencia entre un viverista y un paisajista es la misma que entre un farmacéutico y un médico, el primero vende el producto y le puede dar profundos consejos, pero nunca planificar y proyectar un jardín hispano-morisco, Shintoísta, Castellano, etc.