Los Injertos en los árboles


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En este episodio del Podcast de Jardinería y Paisajismo, Claudio y yo, hablamos sobre Los Injertos en los árboles.


El injerto implica la unión de dos plantas diferentes en una sola que posea las mejores características de sus dos progenitores con el fin de que crezca fuerte y sana.

El sistema radicular lo proporciona una de las plantas, llamada patrón o portainjerto, y el de desarrollo, la otra, es decir, el injerto.

Aunque el portainjerto condiciona en gran medida el desarrollo del injerto, ambos mantienen identidades genéticas separadas y no se da intercambio de tejido celular entre las partes injertadas.

Los vástagos desarrollados por encima y por debajo de la unión presentarán características del patrón o del injerto, pero no de ambos.
La realización de un injerto no es tarea fácil, ya que requiere una gran habilidad a la hora de preparar el patrón y el injerto, además de un enorme cuidado para asegurar la unión de las partes.

Sin embargo, resulta un método útil de propagación de plantas herbáceas y leñosas, pues son especies difíciles de enraizar a partir de esquejes, así como de cultivares, que raramente se obtienen a partir de semillas.

Pueden utilizarse para manejar las plantas de cierta forma o para adaptarlas a condiciones específicas, ya que las plantas injertadas con frecuencia maduran más rápidamente que las obtenidas mediante esquejes.

Además, los portainjertos pueden a conferir resistencia a algunas enfermedades y plagas, o controlar el desarrollo del injerto, así como producir frutales muy vigorosos, o bien ejemplares enanos.

Si buscas una unión fuerte que dure toda la vida, las plantas deben estar muy relacionadas; las pertenecientes a la misma especie normalmente son compatibles.

El tronco de la planta que se injerta debe presentar un buen desarrollo, pero no ser demasiado enérgico, y, como en el caso de los esquejes, la preparación debe ser rápida de forma que la superficie de corte no se seque.

Mantén una limpieza constante y recuerda que las herramientas afiladas son vitales para evitar las infecciones causadas por hongos y bacterias.

Para que los tejidos se unan de forma satisfactoria, las capas de cámbium del injerto y del portainjerto deben estar en íntimo contacto. El cámbium, una estrecha banda continua de células regenerativas de pared situada por debajo de la corteza, se desarrolla hasta formar un puente o unión entre las dos partes, en cuestión de días.

Se trata de un tejido conductor de agua y alimento, que permite que el injerto se beneficie de la savia que fluye procedente del portainjerto. El desarrollo de los tejidos del organismo del conjunto se ve favorecido por las altas temperaturas.

Si las fibras del portainjerto y del injerto no se sincronizan, es posible que se desarrollen vástagos en la unión, que aparezca tejido suberoso entre el portainjerto el injerto, lo que acabaría debilitando la unión. Por otro lado, si el ritmo de desarrollo del injerto y el portainjerto son muy diferentes, el árbol producirá desagradables tumefacciones alrededor del punto de unión.
 

TIPOS DE INJERTO


En el injerto por aproximación, la planta injertada crece sobre sus propias raíces hasta que se forma la unión. Actualmente es una práctica poco utilizada, excepto quizás en el caso de los tomates.

En su lugar se utiliza el injerto del brote separado, que consiste en unir un fragmento del injerto de la planta que va a ser propagada, con el portainjerto. El portainjerto debe estar en una fase más avanzada de crecimiento que la del injerto, ya que de esta forma se asegura la formación de una buena callosidad en la unión antes de que el injerto se desarrolle.

En el injerto apical, se extrae la superficie del portainjerto y se sustituye por un injerto, de extremo a extremo. Los principales tipos son: el injerto lateral, el injerto inglés simple, el injerto inglés complejo y el de hendidura apical.

En el injerto lateral, como en el de empalme lateral externo, la planta es insertada sin podar el portainjerto.

El injerto de escudete también es lateral, pero utiliza una yema simple, y resulta muy útil en el caso de los rosales, los árboles frutales y algunos árboles y arbustos ornamentales, en especial cuando el material a injertar es limitado.

Existen dos clases: el injerto en astilla y el injerto en forma de T. Es posible injertar tres plantas en línea (injerto intermedio) si se desea asegurar el anclaje de las raíces con un vigor controlado, o bien para utilizar el tronco (entre las raíces y la parte fructificadora del árbol) como unión entre un portainjerto incompatible y el injerto.

OBTENCIÓN DE PORTAINJERTOS PARA INJERTO


Los portainjertos de buena calidad resultan esenciales para obtener árboles con las mismas características. Es posible adquirir portainjertos en viveros especializados, aunque es mejor obtener uno propio, ya que, de este modo, podrá utilizar tantos portainjertos como necesite y estará seguro de que son del tamaño adecuado.

Si compras portainjertos de frutales, adquiérelos con un certificado que demuestre que se encuentran libres de virus y asegúrate de que sea adecuado para el tipo y tamaño del árbol que desea obtener.

Los portainjertos deben estar bien enraizados y erguidos y han de tener un grosor medio para la planta y unos 45 cm de altura. Plántalos mientras se encuentren en el período de latencia, en un suelo bien drenado, enriquecido con un buen abono y sin maleza.
Añade un fertilizante general de liberación lenta en la proporción indicada por el fabricante. Los portainjertos para plantas ornamentales normalmente se obtienen a partir de semillas.

Los portainjertos de árboles frutales, los manzanos silvestres en flor, ciertos ciruelos ornamentales y los avellanos (Corylus) se obtienen mejor por acodo de corte y recalce o por acodo de zanja, se denominan portainjertos clonales porque son idénticos a los progenitores.

PORTAINJERTOS A PARTIR DE ACODO DE CORTE Y RECALCE


La técnica principal en esta forma de acodo, consiste en el enterramiento de una planta madre, normalmente de dos años, hasta la base de los tallos.

Se ha de realizar una poda severa antes de enterrarla con el fin de obtener tantos nuevos vástagos fuertes como sea posible.

Una vez enraizados, estos vástagos o acodos pueden separarse de la planta original y plantarse en una zanja para su posterior desarrollo como portainjertos. Es importante plantar los acodos a bastante profundidad para que los vástagos se desarrollen firmes y con un buen sistema radicular.

Los portainjertos jóvenes deben estar en fase de desarrollo activo para que el injerto tenga éxito, por lo que una buena irrigación es importante; el método más efectivo y económico es una manguera rezumadora o un sistema de goteo dispuestos a lo largo de cada hilera de portainjertos.

PORTAINJERTOS A PARTIR DE ACODO DE ZANJA


Este método (conocido también como de blanqueo) se utiliza con frutales como manzanos (Malus), perales (Pyrus), cerezos y melocotoneros (Prunus), nogales (Juglans), moreras (Morus) y membrilleros (Cydonia oblonga).

La técnica se basa en el principio de que los vástagos producen raíces con mayor facilidad cuando están horizontales y pálidos. Se plantan dos ejemplares parentales de dos años en ángulo durante el otoño, y se disponen en hileras con una separación de 1,5 m a intervalos de 60 cm para dejar espacio para enterrarlos.

A finales del invierno siguiente, se cava una zanja estrecha a lo largo de la hilera de plantas, y se doblan los tallos jóvenes, utilizando unas clavijas de madera o de alambre grueso para anclarlos.

En primavera, los nuevos brotes laterales aparecerán con un tono más pálido. Cuando esto ocurra, entierra los vástagos con otra capa de 2,5 cm de tierra; utilice tierra o substrato fresco para reducir el riesgo de enfermedades.

Repite el proceso dos o tres veces más durante la primera fase de la estación de crecimiento y, cuando sea necesario, hasta que las plantas queden enterradas a una altura de 15-20 cm.

Mantén el suelo húmedo durante este tiempo para asegurar el enraizamiento de los vástagos. En el invierno siguiente, desentierra y aparta los vástagos enraizados.

TÉCNICAS DE INJERTO


Los principios del injerto son esencialmente los mismos en todos los casos, aunque se utilizan diferentes técnicas dependiendo de la planta que se desee injertar y del tamaño del portainjertos y la púa.

Los injertos se realizan entre finales de invierno y principios de primavera o desde mediados hasta finales de verano. Con frecuencia, las plantas ornamentales se injertan sobre patrones en recipientes bajo cubierto (injerto de obrador), donde resulta más fácil controlar las condiciones, mientras que los árboles frutales normalmente se injertan en el exterior (injerto de campo) sobre patrones o árboles al aire libre.

Para que un injerto tenga éxito, resulta vital que los cambiums (capa delgada regenerativa que se encuentra justo por debajo de la corteza) del portainjerto y de la púa se encuentren en íntimo contacto y que el injerto no se seque o se vea infectado antes de tomar cuerpo y formar la callosidad necesaria.

Por tanto, los cortes deben ser lo más precisos posible; para ello, practique primero en tallos de sauces: realice un injerto utilizando una navaja limpia y afilada y trabaje lo más rápido posible para evitar que los cortes se sequen.

Evita tocar las superficies del corte y compruebe que los cambium estén alineados antes de sellar el injerto.

En climas cálidos y húmedos, donde los injertos maduran con rapidez, las púas pueden tener una longitud de hasta 30 cm.

INJERTO DE EMPALME LATERAL


Normalmente se realiza justo antes de la eclosión de las yemas a finales de invierno o principios de primavera, y resulta de utilidad si el patrón es más grueso que la púa. Los más utilizados son los portainjertos de dos años, obtenidos a partir de semilla; es esencial que los tallos estén erguidos y que cuenten con un buen sistema de raíces en una maceta de 8-10 cm, ya que una planta recluida en una maceta demasiado pequeña no puede soportar un injerto.

INJERTO DE LENGUETA


Se utiliza cuando el portainjertos y la púa son exactamente del mismo diámetro, como ocurre en el injerto de empalme lateral, aunque en este caso el corte es más sencillo. Se trata de un corte oblicuo hacia abajo, de 2,5-5 cm de longitud, que se inicia a un lado de la parte superior del portainjertos y finaliza en el lado opuesto del tallo.

INJERTO DE CORONA


Es similar al injerto de empalme lateral, pero las púas tienen sólo 15 cm de longitud.

INJERTO DE EMPALME LATERAL EXTERNO


En el caso de árboles difíciles de unir a un patrón 0 con la corteza demasiado fina, como los arces japoneses (Acer), no podes la púa hasta que el injerto haya prendido. Las coniferas también pueden injertarse de esta forma. Este tipo de injerto se realiza justo antes de la eclosión de las yemas, entre mediados y finales de verano.

INJERTO INGLES COMPLEJO


Se trata de un método muy común de injerto de campo, muy utilizado con árboles frutales y algunas especies ornamentales, en el que el gran sistema de raíces del portainjertos da lugar a un árbol superior.

También puede utilizarse con plantas en las que el injerto de escudete no ha dado resultado: en ese caso, la planta debe ser injertada en la primavera siguiente al primer intento con el fin de obtener un árbol en ese mismo período de tiempo.

Este injerto resulta más adecuado cuando el patrón y la púa tienen un diámetro similar, de no más de 2,5 cm, para que sea posible una unión limpia.

ÁRBOLES OBTENIDOS MEDIANTE INJERTO DE ESCUDETE


El injerto de escudete, conocido también como injerto de yema, utiliza principios similares al injerto de púa, aunque en este caso la púa es una yema de crecimiento simple más que un fragmento de tallo. Las dos técnicas más comunes son: el injerto de escudete en astilla y el escudete en forma de T.

Ambos son muy utilizados en agricultura, en especial para la obtención de árboles frutales, pero también pueden emplearse en jardinería. Cualquier árbol que puede ser injertado mediante un injerto inglés complejo acepta también el injerto de escudete.

ÁRBOLES FRUTALES MEDIANTE INJERTO DE ESCUDETE EN ASTILLA


Es la mejor técnica para injertar árboles frutales. Aunque se trata de un método muy antiguo, su utilización se ha extendido únicamente en los últimos años.

Tiene la ventaja frente al injerto en T de que puede llevarse a cabo durante un largo periodo de tiempo, aunque se realiza entre mediados de verano y principios de otoño.

ÁRBOLES ORNAMENTALES OBTENIDOS MEDIANTE INJERTO DE ASTILLA


Algunos árboles ornamentales, entre los cuales se encuentran el manzano silvestre (Malus), el espino (Crataegus), Laburnum, la magnolia y Sorbus, además del cerezo ornamental (Prunus) y el peral (Pyrus), pueden propagarse de manera satisfactoria mediante el injerto de astilla.

Para aquellos casos en que se practica el injerto de campo, los procedimientos son idénticos a los utilizados con los árboles frutales. Algunos árboles ornamentales pueden ser injertados en un invernadero fresco utilizando portainjertos desarrollados en macetas.

La técnica es similar a la del injerto de campo y se lleva a cabo desde mediados hasta finales de verano. Sin embargo, el brote se prepara de forma ligeramente distinta, ya que el injerto se realiza unos 5 cm por encima de la base del tallo.

La yema y el pecíolo también se dejan expuestos porque no necesitan cubrirse con cinta de injertar para evitar que se sequen, como en el injerto de campo. En 10-14 días, el pecíolo caerá si la yema ha prendido satisfactoriamente.

Deje la cinta de injertar hasta que la yema se haya desarrollado con fuerza, momento en el que deberá podar el portainjerto justo por encima de la yema desarrollada para canalizar la energía hacia esta última.

El desarrollo del portainjertos no se percibirá hasta finales de otoño. Mantén las plantas libres de heladas hasta el momento de plantarlas, en primavera, y pódalas de nuevo para favorecer un desarrollo robusto. Los árboles injertados deberían estar preparados para ser plantados en sus posiciones permanentes en 6-12 meses.

ÁRBOLES OBTENIDOS MEDIANTE INJERTO DE ESCUDETE EN T


Se trata de la técnica de injerto más utilizada en la obtención de árboles frutales, así como de algunos ornamentales como la acacia, aunque también puede emplearse para obtener árboles de tronco erguido.

A pesar de su gran efectividad, su popularidad podría verse pronto eclipsada por el injerto de astilla (que es más sencillo y cuenta con un mayor porcentaje de éxito, lo que lo ha convertido en el injerto más común).

Su nombre deriva del corte en forma de T que se realiza en el portainjerto para insertar la yema, aunque se le conoce también como injerto en escudete porque la yema se toma con un fragmento de corteza que tiene la forma de un pequeño escudo.

La principal desventaja de esta técnica es que sólo puede llevarse a cabo cuando la corteza del patrón se extrae con facilidad, normalmente entre mediados y finales de verano.

La sequedad puede dificultar la tarea, de forma que cuando el tiempo sea muy seco deberás preparar el portainjerto manteniéndolo bien húmedo durante dos semanas antes de su realización.

El injerto en T es más frágil que el de astilla, porque la madera no se mantiene. Además, existe mayor riesgo de infecciones fúngicas, como las causadas por el chancro, que pueden ser inoculadas a través de la corteza.

Sin embargo, el injerto en T sigue gozando de una gran popularidad y algunos lo encuentran más fácil que el injerto de astilla.

INJERTO EN T INVERTIDA


En algunos casos, en especial en climas húmedos, se puede realizar un corte en la planta en forma de T invertida para evitar que el agua penetre en el injerto y cause podredumbre. Este método se utiliza también para injertar cultivares de cítricos.

INJERTO DE CORONA


En ocasiones, conviene cambiar un árbol frutal maduro (normalmente un manzano o un peral) de un cultivar a otro con el fin de introducir un nuevo polinizador en árboles cercanos y así mejorar la cosecha, o, sencillamente, para obtener un nuevo cultivar.

El cultivar injertado de nuevo suele dar frutos con bastante rapidez, ya que cuenta con unas raíces maduras y un sistema de tronco principal. Esta práctica se conoce como reinjerto y puede llevarse a cabo injertando sobre un árbol podado.

El injerto de corona es la técnica más adecuada a la hora de realizar reinjertos sobre un tronco grande, y su nombre proviene de la forma en que se insertan las púas. No puede utilizarse en árboles ornamentales, ya que las uniones resultantes no suelen ser muy estéticas.

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