Los hacia mi mamá en casa, y hoy en día, aun los hago yo.
Es ideal hacerlos en la temporada adecuada, para comprar morrores bien turgentes y sabrosos.
El procedimiento es sencillo:
Elegir la cantidad de pimientos deseados, cuantos mas sean mejor, así cocinamos una sola vez!
Los pones enteros sobre la hornalla encendida a fuego medio, y los vas dando vuelta, a medida que la piel se va quedando carbonizada!
(vas a escuchar pequeñas explosiones, que son totalmente normales!).
Cuando diste las vuelta completa, los enjuagas bajo agua y les despegas la piel quemada, y el cabito y las semillas.
Podes conservarlos en aceite, con ajo y otras especias para acompañar carnes.
O congelarlos para usarlos durante el invierno.
Es ideal para darle un sabor ahumado extra a las comidas!
Fuente: este post proviene de el vivero en casa, donde puedes consultar el contenido original.
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