Este último fin de semana he estado visitando a mis padres y aunque el calor
también está haciendo estragos por tierras manchegas, hemos podido disfrutar
del pequeño espacio verde que mi madre tiene en casa.
Su galería de plantas de interior recibe el sol de la tarde tamizado por
los visillos y no puede responder mejor a los cuidados de mi madre que
ha conseguido una verdadera jungla urbana llena de plantas en macetas y
otras colgantes que ha dispuesto colgadas del techo o sobre soportes a
distintas alturas reciclando para ello diversos elementos como la lámpara
de pie de la fotografía precedente que, estropeada, recicló para tal fin.
En el jardín trasero mis padres eliminaron hace tiempo el cesped por
solado para evitar el constante trabajo de mantenimiento, pero dejaron
varios arriates y uno de ellos está siempre lleno de Periquitos (Mirabilis
jalapa, Donpedros, Dondiego, Galán o Bella de noche) a estas alturas
de la temporada.
Tantos y tan desarrollados que apenas dejan respirar a la Madreselva, la Hiedra
o el Rosal que también están plantados allí. Incluso la fuente queda totalmente
oculta por las matas de Periquitos.
Las flores alegran con sus colores y aromatizan las noches pero se impone una
poda a mitad del verano para evitar que el macizo se convierta en una pequeña
selva.
Desde pequeño Javier y los otros nietos han jugado a hacer coronas de flores,
ramilletes y ver quien conseguía el bote con mayor número de semillas que
caen de la planta a centenares.
Ayudadas por mi cuñada Teresa y mi sobrina Julia, el domingo por la mañana nos pusimos a ello.
Me encantan estos momentos de jardinería compartida por las chicas de la casa.
El resultado puede parecer demasiado drástico pero aún queda verano para
que los Periquitos vuelvan a desarrollarse e inunden todo el arriate.
Acostumbrado a esta planta y sus semillas, el verano pasado Javier recolectó
durante nuestra estancia en Noruega algunas que trajo a mi madre en una
bolsita.
Mi madre las plantó en maceta y han crecido así de lindas aunque este año no
echarán flores porque necesitan primero desarrollar el tubérculo (la patata como
la llama mi madre) para empezar a dar flores.
La forma de las hojas es algo distinta y el color de un verde menos intenso
que los ejemplares de estas latitudes.
Me pregunto si no le resultará difícil a este ejemplar acostumbrarse a las
altísimas temperaturas de nuestro verano respecto al noruego. Pero, claro,
ahí está mi madre con sus cuidados y su mano verde para sacarlo adelante.
El verano pasado llevé unos bulbos que mi madre plantó en el jardín delantero y
que este verano ya han echado flor aunque aún poco desarrollada.
Tienen un bonito color lila y unos pétalos tipo filamento que resultan muy
originales y delicados.
Tras esta pequeña puesta al día del jardín disfrutamos de un momento
refrescante con unos batidos que he descubierto en Lidl y a los que estoy
enganchada.
Creados por Solevita, contienen aquellos nutrientes procedentes de distintas
verduras y frutas indicados para distintas necesidades, contando con cuatro
variedades: Vital rico en Magnesio, Relax con melatonina, Detox de alcachofa y
Antioxidante con ácido fólico.
Están riquísimos, cuestan sólo 0,99€ y son ideales cuando no encontramos el
momento ni los ingredientes para hacernos nuestros propios superfoods
smoothies.
Una buena manera de hidratarse y nutrirse que, si acompañamos con
ejercicio, nos garantiza un verano saludable.
El ejercicio preferiblemente en el agua que no están los días, ni siquiera
al anochecer, para salir a correr.
Os deseo un feliz comienzo de semana.