Una vez preparado el terreno donde vas a cultivar, habiendo quitado las piedras y pedruscos, enriqueciendo el suelo si fuera necesario con abono y rastrillado todo para mezclar y emparejar, se marca el lugar donde irán los surcos. Para ello coloca una estaca en cada extremo, donde se van a practicar y se ata un hilo o cordón desde una a la otra.
La separación entre cada surco dependerá de la clase de plantas que quieras obtener. Posteriormente con la ayuda de un azadón o una zanjadora, ve abriendo un surco, siguiendo la línea del cordón o hilo guía.
Para que las semillas germinen bien, debes tener en cuenta los siguientes consejos:
A las semillas muy pequeñas, conviene mezclarlas previamente con un puñado de arena fina. De esa manera se asegura una distribución uniforme
Las medianas se esparcen en línea recta, a lo largo del surco
Las semillas grandes se depositan en grupos de 3 o 4 a la distancia que indica el envase. Una vez depositadas las semillas, tapa los surcos con la misma tierra que antes se sacó y se alisa con el revés del rastrillo, o sea con su parte plana.