Guía de poda de la sandía




Prácticamente la mayoría de cultivos hortícolas, arbustos y árboles son susceptibles de recibir la poda, una técnica muy utilizada en todo tipo de jardinería. Especialmente aquellas plantas de crecimiento rápido, como la frutas y hortalizas de verano, la poda bien hecha les sienta muy bien, ya que regulamos el crecimiento y controlamos la calidad de la producción.

En este caso, la poda de la sandía es muy interesante cuando valoramos la calidad por encima de la cantidad, ya que un gran cuajado de frutos va a limitar irremediablemente el tamaño final (y probablemente el contenido en azúcares) de los frutos.

En este artículo te aconsejamos sobre la poda de la sandía. Cuando realizarla, por qué y los tipos de poda de sandías.

No existe una única técnica sobre cómo podar una sandía, ya que realizar los cortes apropiados en la planta depende fundamentalmente de la maestría del agricultor.

En cualquier caso, sí que hay unas reglas básicas que podemos cumplir cuando podemos nuestra sandía, siendo el objetivo principal controlar su crecimiento y el número de frutos por planta.

 

Beneficios de la poda de la sandía

Todas las cucurbitáceas (pepino, calabacín, melón, sandía, etc.) suelen tener un crecimiento indeterminado y son especies selváticas. Producen muchas hojas y tallos en condiciones de temperaturas cálidas y humedad ambiental alta.

Por ello, es recomendable analizar qué tallos permanecerán en la planta, buscando siempre optimizar la despensa energética de la planta y enfocarla a que sea productiva.

Algunas de las ventajas de la poda de sandía son las siguientes:

Controlar el desarrollo de los tallos y evitar una planta muy vegetativa.

Favorecer la entrada de luz en todos los tallos.

Mejorar la aireación de la planta para evitar la aparición de enfermedades de cuello y tallos.

Quitar tallos, hojas o frutos deformados, dañados, afectados por hongos o secos.

Aumentar el número de flores producidas.

Mejorar la distribución de savia y azúcares a los frutos. Por otro lado, también hay que contar con el factor negativo de una poda de sandía mal realizada. Si eliminamos de forma exagerada muchos tallos que contienen nudos con flores, la producción se va a reducir considerablemente.

Lo mejor es seguir nuestro instinto y enfocarnos principalmente a quitar tallos muy alargados e improductivos, exceso de frutos por planta que afectarán a su tamaño final y disponer de una planta equilibrada.
 

Realizar la poda de la sandia
 

 

¿Cuándo se podan las sandías?

No existe una época clara para podar las sandías, ya que se recomienda realizarlo durante toda su etapa productiva. La etapa más crítica es justo antes de la floración y el cuajado de frutos, ya que cuando la planta se encuentra más sensible y le afectan más los cambios.

Posteriormente, una vez hayan cuajado los frutos, aun muy pequeños y del tamaño de una pelota de golf, podremos eliminar aquellos que estén afectados o simplemente por evitar un número masivo de frutos por planta.

 

Poda de mantenimiento

El objetivo de la poda de mantenimiento en esta cucurbitácea es regular la longitud y el número de tallos y evitar una sobreproducción que reduzca la entrada de luz y aire en el interior.

Esta poda es la más compleja ya que se realiza antes de la salida de las flores, por lo que en manos inexpertas se limitará a recortar o eliminar tallos afectados, dañados o que se sobrepasen la superficie del cultivo destinada a la sandía.

 

Poda de control de producción

Esta poda es más fácil de controlar ya que consiste en evitar la sobreproducción de frutos. De forma general, una planta de sandía debe tener entre 2 y 4 frutos. Si queremos frutos más grandes, dejaremos menos frutos por planta. Si queremos sandías más pequeñas, podemos dejar hasta 6 frutos, aunque lo ideal son 3 o 4.

Muchos frutos por planta reducirán su tamaño y, mucho peor, la concentración de azúcares en ellos. En este caso, más vale calidad que cantidad.

Para ello, tan solo actuaremos cuando los frutos ya hayan cuajado, posterior a la floración. Contaremos el número de frutos por planta y eliminaremos según el número que queramos por planta. Es recomendable dejar para cada tallo terciario, un fruto, de forma que la distribución de savia sea lo más eficiente posible.

Con unas tijeras afiladas, cortaremos justo en el punto donde se une el peciolo con el fruto, para evitar una mayor propagación de enfermedades que entren por la herida.

 

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Etiquetas: jardinería

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