Realiza una buena limpieza en tu invernadero. Preocúpate porque los cristales estén limpios para que pueda entrar luz a través de ellos también en los meses sombríos. Si ves que en las juntas de las hojas de los cristales han crecido algas, rocía la zona con agua para intentar despegar la suciedad.
Fíjate también en la zona en que en cristal se une con el suelo: con una herramienta pequeña podrás desprender la suciedad. Recuerda rociar después con un producto desinfectante para el jardín.
Los recipientes vacíos de las plantas hay que limpiarlos para que no contagien enfermedades a las plantas que instalemos en ellos cuando volvamos a usarlos. Y por último, hay que recoger el mobiliario exterior para que no se estropee. Para que esté perfecto cuando vuelva el buen tiempo, límpialo bien y aplica productos conservantes específicos.
¿Has cumplido ya con tus tareas otoñales?
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