El problema de esto es que la deforestación está haciendo que estos árboles se extingan poco a poco, sin que nadie aproveche todas las propiedades que pueden aportar. Entre ellas están la quinina (utilizada desde siempre contra la malaria), la Artemisa (aunque el parásito se está haciendo fuerte contra ella) o la Cinchona, un árbol sudamericano.
A punto de desaparecer está el Zanthoxylum Chalybeum, un arbusto que crece en la sabana y del que se utilizan la corteza y las raíces. También los Olivos salvajes. Debido a la sobreexplotación de la madera no se pueden aprovechar sus propiedades antipalúdicas y laxativas contra parásitos.
Es una pena, ya que la malaria mata cada año a unas 800.000 personas, sobre todo a niños del África subsahariana, y hace enfermar a unos 300 millones de personas.
¿Qué te parece que se desaprovechen estas propiedades?