Las Calas, también conocidas como lirios de agua, son unas plantas de gran tamaño. Tienen la peculiaridad de que se cultivan muy bien en zonas húmedas, como las proximidades a estanques o lagunas. También es una planta que puede estar destinada a interior y por su gran valor decorativo es la estrella de muchos centros de mesa.
Los cuidados de las Calas o Lirios de agua
El clima de los lirios de agua puede ser suave sin llegar a las heladas, a las que duramente sobrevive. Soportan bien el sol, aunque se desarrollan mejor en zonas de bastante sombra. En el caso de estar en interior el único inconveniente es que tendrán una mejor floración y mayor presencia de hojas.
Los suelos deben ser húmedos (son plantas semiacuáticas) y ricos en fertilizantes. Hay que tener cuidado de que la planta no se encharque porque podría pudrirse. Se puede usar mantillo para que se mantenga esa humedad sin que llegue a saturarse. En los meses de floración se debe aplicar fertilizante cada 15 días (abono líquido).
El riego de las Calas debe ser abundante sobre todo el la época que está floreciendo. Cuando ha acabado este proceso se reducen los riegos limitándonos a que la tierra no se quede seca. Recuerda que estas plantas requieren ser trasplantadas una vez al año a tierra nueva (a finales de agosto, principios de septiembre).
¡Atención! Los Lirios calas pueden sufrir plagas y enfermedades. Debemos asegurarnos de que los bulbos de las mismas están sanos y en caso de que aparezcan síntomas en alguna, la arrancaremos con las raíces incluidas para evitar la propagación.
Aquí podrás ver unos bonitos ejemplares, y a ti, ¿Te gustan estas plantas?
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Imágenes/Flickr: A200/a77Wells y Carrie Kellenberger.