Casi todas poseen hojas ovaladas, grandes y con bordes dentados. Sin embargo, uno de los aspectos más atractivos de esta planta son sus flores, similares a la margarita, con pétalos coloridos que rodean el centro.
Los pétalos son aterciopelados y pueden encontrarse en una gran variedad de colores, ya sea desde tonos pasteles hasta alegres anaranjados. Una de las especies más usadas como planta de interior es la Gerbera jamesonii.
Cuidados de la Gerbera en primavera y verano
Si al llegar la primavera, la planta ha llenado el tiesto de raíces, deberás dividirla y trasplantarla. Asegúrate de que la planta se encuentre en un lugar soleado y ventilado, sin corrientes de aire frío. La Gerbera puede soportar temperaturas altas, siempre y cuando, su compost esté húmedo. Durante los meses más calurosos, tendrás que regar la planta abundantemente sin anegar el compost. Añade dos gotas de fertilizante líquido cada dos semanas y corta siempre las flores marchitas y sus tallos a nivel del compost utilizando un cuchillo.
Cuidados de la Gerbera en otoño e invierno
Durante los meses más fríos, proporciónale a la Gerbera solamente el agua que precisa para que el compost no se seque completamente. Asegúrate de que la temperatura no sea inferior a 10 °C y mantén tu planta siempre en un lugar soleado sin corrientes de aire frío.
Propagación de la Gerbera
Como bien comentaba anteriormente, si la planta ha llenado la maceta de raíces, tendrás que dividirla y trasplantarla en primavera. Para ello, extráela de la maceta y divide la masa de raíces en dos cuidadosamente, retirando las hojas y raíces marchitas. Planta ambas partes en buen compost, riégalas y mantenlas en un lugar cálido durante 15 días.
Durante el invierno y la primavera, siembra la semilla de la Gerbera en una mezcla elaborada con partes iguales de arena y turba húmeda, manteniendo siempre la temperatura entre 13 °C y 15 °C. Cubre las semillas con compost, mantenlas húmedas y protegidas de los rayos solares hasta que hayan germinado. Esto puede demorar entre dos a cuatro semanas. Después, plántalas de manera individual en macetas.
Especies de Gerbera
Gerbera jamesii: su origen es sudafricano. Sus hojas están recubiertas de una suave pelusilla en la parte posterior. Pueden llegar a medir hasta 25 cm de alto y desarrollar flores similares a la margarita. Los colores de los pétalos varían y pueden ser blancos, amarillos, rojos, anaranjados, rosas, etc. pero el disco central de la flor será siempre amarillo. La variedad <> hace flores hermosas de color rosa pastel.
Gerbera aurantiaca: es similar a la Gerbera jamesonii, pero sus hojas son mucho más vellosas y sus flores son anaranjadas o rojas con un disco central rojo o púrpura.
Gerbera linnaei: puede ser también conocida como Gerbera asplenifolia. Es muy similar a la Gerbera jamesonii, pero sus hojas son parecidas a las del helecho y sus flores son amarronadas en la parte posterior y crema la superior.
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Problemas de la Gerbera
El pulgón verde puede representar un problema para la Gerbera. Por tal motivo, protege la planta del ataque de estos insectos rociándola de manera regular con un insecticida sistémico que contenga dimethoato. Las hojas marchitas indican falta de agua, por lo que deberás sumergirla en agua si el compost que rodea la planta estuviera seco.
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