Los paisajes ingleses forman parte de las actuales concepciones paisajísticas que están relacionadas de forma directa con la zona geográfica en la que comenzaron a definir sus particularidades. Pero más allá de las especies florales o arbóreas que determinado clima obliga a proyectar dentro de un jardín, está la propia cultura y filosofía del lugar donde se origina la corriente del diseño. Así, un jardín oriental tendrá pocas líneas en común con uno de inspiración francesa.
En este caso, nos ocuparemos de desentrañar las características de uno de los estilos más difundidos a lo largo y ancho del planeta: los paisajes ingleses. En general, podemos admitir la delicadeza racional con la que estas peculiares extensiones de terreno son planificadas. El control es un matiz que reina de forma sobreentendida: no quiere hacerse presente pero, en realidad, de él surgen el resto de elementos. En definitiva, el azar que sugiere es sólo apariencia.
Paisajes ingleses: El azar de lo estricto
El juego del artificio debe pasar por natural, por eso, una de las reglas es revestir de realidad aquellos componentes creados a propósito. Las ondulaciones intencionadas deben ser suaves para que provoquen la sensación de haber estado siempre ahí. Los jardines simulan relaciones estables entre las áreas huecas y los espacios cargados. Lo esencial es que el observador aprecie estas diferencias como innatas al parterre.
El eje inglés domina el territorio de un modo más sutil que su hermano francés porque los límites se vuelven irregulares pero perfectamente normales a nuestra percepción. Por otro lado, la especial sutiliza del eje que articula los jardines ingleses queda revelada con una simple mirada al horizonte: allí donde la vista se pierde, se proyectan elementos arquitectónicos que llegan hasta nuestra retina sirviéndola de colchón.
La figura de Capability Brown
El definitivo suprematismo de estos magníficos diseños verdes llega de la mano de Capability Brown: "el paisajismo inglés no busca paisajes exóticos sino mejorar el paisaje existente". Las áreas eran proyectadas por una especie de 'deuda' con la naturaleza: el jardinero es capaz de mejorar el terreno y éste obedecerá las estipulaciones de su creador para revestirse de la belleza que le promete.Uno de los ejemplos del afán regenerador de Capability Brown será la elaboración de un gran proyecto verde sobre las ruinas de los jardines de Wise. Con apenas cuatros elementos, Capability es capaz de transmitirnos una belleza ordenada. Los pilares arquitectónicos sobre los que se sustenta este vergel son un palacio, un puente, una columna conmemorativa y un templo gótico. El agua actuará como un elemento integrador de la flora y la piedra.
La omisión consciente de la intervención humana levanta ampollas en la sociedad de la época. La gran pregunta de sus coetáneos era que, si había que reformar un territorio, ¿por qué no dejar constancia firme de la mano del hombre? Al mismo tiempo, la invasión de la tecnología en infraestructuras como el ferrocarril y la multiplicación de los espacios verdes en el corazón de la urbe, exigías nuevos planteamientos.
Las bases del 'Landscape Gardering'
Un acontecimiento vendría a asentar el término 'Landscape Gardering' (jardín paisajístico). La decisión real de no habitar el londinense Regents Park, permitió su apertura al público general. Repton sería el encargado de diseñarlo y colocarlo en la primera línea de los paisajes modernos. Huyendo de las posiciones extremistas de otros jardineros como Wise o Capability, Repton pondría en práctica la conjunción de dos universos: el de los elementos constitutivos del parque y el de las formas y estructuras. El resultado, la vuelta al papel protagonista del jardinero en detrimento del arquitecto.
En la misma base, trabaja Jekyll, un jardinero inmerso en la primacía del elemento versus estructura. Destacar especialmente sus impresionantes 'cottages' ingleses, espacios vegetales donde el dominio lo ostenta el componente individual, no la proyección sobre la que se articula. La fantasía y el mundo de los sueños serían la mejor apuesta de otro maestro paisajístico: Girandin, un hombre que concibe el jardín como un espacio pintoresco que acumula sensaciones, paisajes y leyendas.
La entrada de las áreas verdes en las programaciones urbanísticas quiso trasladar el jardín privado a amplios terrenos de carácter público. Dos de los que mejor supieron llevar a la práctica dicha metamorfosis fueron Alphand y Barrilet. Hoy en día, podemos disfrutar de amplios jardines en casi cualquier urbe, pero en sus comienzos, el urbanismo verde era todo un reto. La unión entre ciudad y naturaleza concluyó finalmente en un matrimonio bien avenido.
Imágenes / Flickr (por orden de aparición): Dominic's Pics, Tony Hall, Karen Roe.