A la hora de regar un bonsai es un error tener una regla fija para el riego, del tipo "riego una vez por semana"; "una vez al día"; "tres veces por semana". La forma adecuada, como ya hemos mencionado en reportajes anteriores, es regar sólo cuando la superficie de la tierra está seca y hacerlo a fondo, es decir, hasta que salga abundante agua por los agujeros de drenaje.
Se debe tener en cuenta que a la hora de regar un bonsai nos fijamos un poco en nuestros árboles, observaremos que la superficie de la tierra está seca, dependiendo de:
- la estación del año y el tiempo que tenemos en cada momento (temperatura, humedad, lluvia, frío, viento, etc.),
- de la actividad vegetativa del árbol (con hojas, sin hojas, enfermo, etc.),
- de las operaciones efectuadas (trasplante, poda, etc.).
- del tipo de maceta de cultivo (esmaltada, sin esmaltar, de plástico, sobre roca, grande, pequeña, etc.),
- de la ubicación (exterior, interior, al sol, a la sombra, etc.).
Como, además, todas estas circunstancias de las que depende regar un bonsai son cambiantes de un día para otro e impredecibles, es, por tanto, imposible tener una regla fija para suministrar agua a tu bonsái. Y quién os dé una regla fija relacionada con la periodicidad (una vez a la semana, dos veces al día, etc), no tiene idea de cultivar un bonsái.
¿Por qué hay que regar a hasta que salga agua por los agujeros de drenaje?
Porque así facilitamos un efecto de "succión" que hace entrar aire a la tierra desde la superficie de la misma hacia los agujeros del drenaje y que produce la aireación de las raíces y facilita el sano desarrollo de éstas.
Por esta razón no es aconsejable el riego por inmersión, salvo excepciones de emergencia, ya que mediante este método no se produce la necesaria aireación. Al contrario, el agua, al penetrar desde abajo hacia arriba, expulsa todo el aire de la tierra (observar las burbujas que se producen por el aire que sale de la tierra).
¿Por qué hay que regar sólo cuando la superficie de la tierra está seca?
Porque es la única forma en la que el árbol nos indica cuál es el momento en el que necesita agua y esto puede suceder en cualquier momento y sin una regla fija. Olvidaos de pautas estrictas, la única norma es: observar el árbol y darle agua cuando la necesita, ni antes, ni después. No olvides que regar bien supone un alto porcentaje de éxito en el cultivo.