(Imagen/ Flickr: Juan Barrios)
La gloxinia puede ser una buena elección ya que te proporcionará, con sus flores, multitud de tonalidades para adaptar a cada estancia. Conseguirás así, un ambiente natural con el que recibir la primavera y que se hará extensible durante todo el verano si prestas un poco de atención a sus necesidades diarias.
(Imagen/ Flickr: jacilluch)
Qué aspecto tienen
La gloxinia procedente de áreas tropicales, y más concretamente de Brasil, esta planta es ideal para interiores en los países occidentales. (Conoce todo sobre las plantas de interior en esta página)Suele presentarse en macetas dispuestas sobre pequeñas mesas, aunque también quedan muy decorativas en canastas colgantes.
La gloxinia presenta un tamaño bastante pequeño, oscila entre los 20 y los 30 cm. Su tallo es compacto y subterráneo de donde nacen unas aterciopeladas hojas de un color verde oscuro muy intenso y ribetes ligeramente dentados.
Sus flores presentan una amplia gama de colores: blanco, azul, violeta, rojo, rosa, naranja... dependiendo de la variedad pueden mezclar varios, siendo frecuente encontrarlas en azul y blanco o rojo y blanco.
La textura que presentan es, al igual que la de sus hojas, aterciopelada, con forma de campana de seis lóbulos triangulares. Pueden llegar alcanzar unas dimensiones de 5 a 7 cm.
(Imagen/ Flickr: mk_is_here)
Cuidados que debemos prestarle
No es una planta demasiado delicada, por lo que con unas atenciones básicas podremos aprovechar la vistosidad de sus flores por largos periodos de tiempo.
Debemos situar nuestra maceta en un lugar bien iluminado, aunque nunca dejar que los rayos de sol incidan directamente sobre la planta.
La temperatura a la que mejor se encuentran oscila entre los 18 y los 20 ºC, resiste las bajas, sin que desciendan más de los 8 ó 10 ºC. Aunque está destinada principalmente para interiores, con la llegada del buen tiempo se puede sacar a balcones y terrazas, protegiéndolas del viento y de la lluvia.
El ambiente en el que se sitúe debe ser húmedo, aunque no por ello debemos pulverizarla, ya que las hojas vellosas deben mantenerse secas si no queremos causarles daños. Los riegos se hacen por la parte baja del tallo, dos o tres veces por semana, en periodo de floración, para que la tierra se mantenga siempre mojada.
Después de este momento, la frecuencia se reducirá hasta que el follaje se seque por completo. Durante el invierno, el tubérculo permanecerá en reposo seco sobre la misma maceta, a una temperatura de 15 ºC aproximadamente.
La gloxinia se puede propagar mediante semillas, durante febrero y marzo o por las hojas colocadas en contacto con la tierra y el pecíolo enterrado, en los meses de verano. Aún así, la forma más común de multiplicación es la de fraccionar el tubérculo subterráneo una vez que éste entra en periodo de descanso.
(Imagen/ Flickr: Joe Shlabotnik)
El sustrato en el que la plantemos será neutro, alcalino o ligeramente calizo, fresco y con un contenido medio en nutrientes.
Se abonará de forma quincenal, disminuyendo la frecuencia cuando la planta está en reposo.
El momento ideal para plantarla será a principios de primavera. No florecerá hasta la llegada del verano, aunque se mantendrá muy vistosa hasta que lleguen los fríos invernales, momento en el que haremos el trasplante a otra maceta.
Las plagas más habituales con las que nos podemos encontrar si tenemos esta especie son las de pulgones y las de trips que darán lugar a manchas de color pardo-rojizo y un brillo plateado que las caracteriza. Se puede remediar usando un fertilizante de solubilidad lenta cada 3 ó 6 meses. (Evita y detecta la presencia de pulgones en tus plantas con este reportaje).
Si después de esto te han entrado ganas de hacerte con esta vistosa planta, te aconsejamos que des preferencia a las que ya tienen capullos, de esta forma el éxito está asegurado.