Los colonizadores europeos trajeron el arbusto al antiguo continente, donde inmediatamente comenzó a utilizarse como solución para tratar el dolor asociados a la artritis. La planta garra del diablo puede verse principalmente en el este y sudeste de Namibia y en el desierto del Kalahari. El componente activo de este arbusto se llama harpagoside, cuya cantidad se mueve entre un 1% y un 3%.
La garra del diablo debe su apodo a las diminutas protuberancias en forma de garra que protegen su fruto. Desde la antigüedad, la raíz del harpagophytum procumbens se ha usado para mitigar el dolor y molestias del hígado y riñón, aunque también otras dolencias como la fiebre y la malaria. Complementariamente se ha usado como ungüento de uso tópico para tratar laceraciones y forúnculos.
Este arbusto llegó a Europa durante el año 1900. Su raíz se utilizaba para ayudar a recuperar el apetito, reducir los dolores e inflamaciones más variadas y contra las indigestiones. Actualmente se usa como tratamiento alternativo contra las inflamaciones, mitigar el dolor de la artrosis, migrañas y dolencias en los lumbares. Los tratamientos basados en harpagofito basan su eficiencia en los diversos análisis científicos llevados a término.