La menta negra o 'mentha piperita' procede de la hibridación de dos tipos de especie, la 'menta de agua' y la 'hierba buena'. La menta es muy importante para producir aromas en la industria alimenticia, además de poder usarla como ingrediente en ciertos guisos y estar deliciosa en infusiones.
La menta es una planta aromática que se destaca por su adaptabilidad a diferentes ecosistemas, lo que hace posible su cultivo en todo el mundo. Pertenece a las herbáceas, posee tallos rojos violáceos y crece hasta los 80 cm. de altura. Es una planta estéril, por lo que no produce frutos. En cambio, sí que florecen, mediante unas pequeñas flores lilas.
Suelos
Una de las ventajas de estas plantas es que se adaptan a todo tipo de suelos, aunque los prefiere fértiles y bien drenados. Soporta climas extremos y es resistente a las heladas, aunque la mejor producción proviene de climas templados.
Para cultivarlo se comienza con un riego por inundación y se recurre a estiércol descompuesto para nutrir el suelo. Necesita aradura profunda que ventile el terreno. Si vamos a cultivar en surcos, los trazaremos con una distancia de 60 cm. con mínima pendiente.
Cultivo y reproducción
Sembraremos siempre evitando la época de heladas: la mejor temporada para cultivar la menta es en primavera y en verano. Si vivimos en zonas altas, la mejor época para sembrar es la lluviosa.
Se reproduce por rizomas y esquejes. Los esquejes que utilizamos tienen que tener una buena calidad y venir de campos sanos. Una vez recogida la menta, tendremos que evitar que lo que hemos cosechado se humedezca con el rocío o las lluvias, porque se deterioran. El secado se puede realizar en lugares bien ventilados bajo sombra. Los rizomas constituyen la base de la planta y, a la vez, el mejor material para cultivar menta. Una vez seleccionados, que tendrán que tener mínimo tres entrenudos, se procede a la siembra.
Debemos controlar las malas hierbas y retirarlas si superan los 4 cm. de crecimiento, ya que estarían compitiendo por los nutrientes del suelo con la menta. Esta planta aromática exige bastante agua para que crezca sana. Los nuevos cultivos se tienen que regar de tres a cinco días a la semana si queremos que enraícen correctamente.