(Imagen: Wikipedia)
• Las causas: enfermedades víricas pueden provocar este tipo de síntomas, pero aparecen más bien en los invernaderos. Una temperatura demasiado baja y un abono inadecuado (demasiado rico en potasio) pueden también ocasionar la deformación de los tejidos.
• Los remedios: vuelva a colocar la planta en condiciones de cultivo ideales. Si este fenómeno persiste durante los próximos meses, entonces es sin duda una afección vírica. Lamentablemente la planta deberá ser eliminada.
• Nuestro consejo: evite que las hojas toquen los cristales de la ventana en invierno, pues los choques térmicos son inevitables. Para el riego, use siempre agua a temperatura ambiente.
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Este post es un fragmento del libro Jardinería de Interior, de Larousse Editorial. Si te interesa este contenido, tienes más información detallada aquí: Larousse.es.