Las Echeverias son plantas herbáceas, de hojas carnosas, pertenecientes a la familia de las Crassulaceae con más de 300 especies. Estas se caracterizan por tener una forma de rosetón redondo, con diversos colores que van desde el verde intenso, azul pálido, gris-azulado, al rosado.
El nombre de este género de plantas proviene del pintor Atanasio Echeverría, el cual, fue un botánico y naturista que realizó hermosas ilustraciones de la flora local mexicana.
La mayoría de estas especies son nativas de México, su clima ideal es de tipo desértico; son plantas muy adaptables, estas pueden soportar tanto el sol como la sombra y no soportan las heladas. Se pueden reproducir vegetativamente por medio de hojas cortadas o por semillas si no son híbridos.
Al igual que el resto de las suculentas, tolera muy bien periodos de sequía, pero un exceso de agua pudre sus raíces por ello se deben regar cuando la tierra este seca. Durante el invierno el riego debe ser escaso, justo para que no se seque la planta.
Son plantas muy frágiles y tienden a estropearse con facilidad. Florece en primavera. Sus flores varían por el tipo de especie. La floración de la Echeveria Agavoides tiene la particularidad de tener un tono rosa-anaranjado, aparecen en el extremo de un tallo floral muy alargado.
El suelo más adecuado para el cultivo de las echeverias es aquel que integra arena, de esta manera el agua pueda escurrir con facilidad. Si se encuentran en masetas es necesario que éstas sean más anchas que altas, puesto que estas plantas tienden a desarrollarse más a lo ancho, ocupando mucho espacio en poco tiempo; además es importante cuidar que estas tengan un buen drenaje.
Las echeverias son muy vulnerables a las Cochinillas, Ácaros, Orugas, Gusanos de suelo y Caracoles, además, la podredumbre y los hongos son mortales para estas plantas, esto se genera por el exceso de agua en sus raíces.
Existen tres metosos para que las echeverría se multipliquen: por hoja, por semilla y por gajo.
Al elegir la técnica a adoptar se debe tomar en cuenta que en la multiplicación por semilla interviene la variabilidad genética, de modo que no se tendrás la certeza de tener plantas iguales a las plantas madre. La multiplicación por semillas se realiza entre enero y marzo distribuyendo lo más uniformemente posible las semillas sobre un sustrato.
La multiplicación por hojas es muy sencilla, pero un poco cruel para la planta madre, pues se deben retirar las hojas despegandolas delicadamente del tallo. Estas hojas se deben poner en una mezcla de tierra y arena, deben estar en un lugar luminoso, pero no debe pegarle luz directa de sol; es necesario regarla para no dejar secar el sustrato,- no en exceso-. A los dias la hoja se marchitará pero al mismo tiempo se formarán los nuevos brotes. Cuando éstos sean suficientemente grandes para ser manipulados se deben trasplantar.
Por último, la multiplicación por gajos o retoños consiste en retirar las pequeñas platas que crecen en la base de la planta madre. Este debe ser plantado en una mezcla muy parecida a la que tenia la planta madre y ubicar en un lugar caluroso, con buena luz.
Estos métodos no se deben realizar en épocas frías del año.
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