Ahora es el momento de empezar a cuidar el césped para que este verano este bonito. Por eso voy a empezar a explicar cómo empezar a mantenerlo.
Abonado
El césped está siempre en continuo crecimiento y regeneración. Las siegas y el pisoteo aumenta las exigencias nutritivas y hacen imprescindible un correcto abonado para conseguir un césped de elevada calidad.
El nitrógeno es el elemento más importante para la nutrición equilibrada del césped, siendo imprescindible para conseguir de esté que este tupido y vigoroso.
Hay dos tipos de abonados el de fondo y el de mantenimiento.
El de fondo se realiza en el momento de la preparación del terreno y se incorpora con el resto de aportes de materia orgánica y correctores del suelo.
Y el abonado de mantenimiento, se realiza una vez instalado el césped. En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de abonos para césped, aunque de los abonos de nueva generación los mejores son los de liberación lenta.
Recebado
La función principal del recebado es controlar el fieltro o thatch, que se forma por la falta de equilibrio entre el crecimiento del césped y la descomposición de los restos orgánicos que se generan durante su desarrollo.
El recebo es una enmienda o material compuesto por arena silícea, que además posee un porcentaje de materia orgánica.
El recebado también cumple otras misiones sobre el césped, como la de favorecer la emisión de nuevas raíces o mejorar la permeabilidad del suelo y su resistencia mecánica, también sirve para cubrir las semillas en las resiembras.
La época ideal para realizar un recebado es principios de primavera y otro en otoño.
La cantidad de recebo a echar en el terreno es de una capa entre 1 a 1.5 cm de espesor, o de 2 a 3 litros por metro cuadrado y a continuación regaremos abundantemente.
Aireación y escarificado
La aireación y el escarificado son dos procesos vitales en las labores de mantenimiento de nuestro césped. De ellos dependerán su buena salud y aspectos.
Con el tiempo la tierra se va compactando y van apareciendo los primeros síntomas de asfixia del césped. Esto se manifiesta por aclaramientos secos acompañados de un amarilleamiento irregular, que pueden ser la entrada a diversas enfermedades.
Para evitar esto hay que realizar las labores de aireación y escarificación.
La aireación consiste en airear el suelo en profundidad, para permitir el desarrollo de las raíces y la penetración del agua y los nutrientes.
Este proceso se debe realizar una vez al año y después de la siega y que el terreno no este ni seco ni demasiado húmedo.
Realmente consiste en hacer agujeros con unos zapatos especiales, máquinas especificas, etc... Y a continuación se tapan con arena de sílice y se procede a un riego.
El escarificado consiste en abrir superficialmente 2 o 3 mm el fieltro o thatch y liberar así la base de las plantas.
Esto se puede realizar con escarificadores manuales o automáticos que llevan unas cuchillas y al pasar rompen el thatch.
La mejor época para escarificar es en primavera (periodo de brotación) o en otoño. Nunca en época de mucho calor.
Resiembra
Cuando detectemos zonas deterioradas, con calvas, zonas secas se puede repoblar con algún césped especifico, de repoblación, ya que son céspedes de rápido crecimiento.
Primeramente antes de aportar estas semillas deberemos retirar la zona de hierba seca y removeremos un poco el suelo.
A continuación pondremos las semillas y las taparemos con recebo y con un rodillo las compactaremos al suelo y por último realizaremos el riego.
Espero que con estos consejillos, puedas disfrutar de tu césped este verano, hasta el siguiente post, un saludo.
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