Una de las plantas más hermosas que podemos encontrar en el planeta tierra son las orquídeas, un símbolo inconfundible que lleva pasando de generación en generación a lo largo de siglos. Este tipo de flor es muy hermosa, de ahí su fama, además de ser muy sencilla de cultivar y mantener en ambientes interiores (aunque se convierte en imprescindible seguir a rajatabla una serie de instrucciones básicas).
Hoy os queremos enseñar a cuidar de manera correcta y adecuada las orquídeas interiores de maceta, para que puedan dar un toque de belleza natural a nuestro hogar.
Comenzamos eligiendo un soporte que sea adecuado para las características de la orquídea, ya que en la gran mayoría de los casos necesitaremos un palo, poste, o punto de apoyo firme para que la orquídea se mantenga perfectamente erguida. Sin este apoyo, la orquídea se irá inclinando poco a poco, debido al tamaño de la flor, que por su peso genera una curvatura de manera natural que con un punto de apoyo podremos evitar. Tras esto tan solo necesitamos elegir el lugar de la casa idóneo para ubicar la orquídea, para ello debemos imaginar la cantidad de luz que esta recibirá. Se recomienda que la orquídea se ubique cerca de una ventana para que pueda recibir luz solar de manera directa, sobretodo en una ventana que se encuentre orientada al este o al sur.
Finalmente, lo único que necesita nuestra orquídea para crecer y lucir más bella que nunca es una buena cantidad de agua y alimento. Regaremos nuestras orquídeas cuando notemos que el suelo se encuentra seco, ya que un exceso de humedad hará que la planta enferme y muera. Recomendamos utilizar fertilizantes para orquídeas, ya que de esta manera nos aseguraremos de que el alimento que recibe nuestra planta es el adecuado para su especie.
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